El argentino confirmó que seguirá jugando en el Barcelona hasta el año próximo. “Jamás iría a juicio contra el club de mi vida”, explicó. Criticó al presidente Bartomeu y confesó que sus hijos lloraban porque no querían irse de la ciudad.
Al undécimo día, la historia dio un vuelco. Lionel Messi continuará en el Barcelona. Así lo confirmó el futbolista a través de una entrevista brindada Goal.com.
“Cuando le comuniqué a mi familia que me podía ir fue un drama, toda mi familia llorando. Miré más allá y quiero competir al máximo nivel, tratar de competir y ganar la Champions. Todo eso me llevó a pensar esa decisión que no llevé a cabo. Yo pensaba que podía quedar libre, me lo dijo siempre el presidente. Y ahora se agarran de que no lo dije antes del 10 de diciembre”, explicó Messi para finalmente aclarar que “nunca iría a juicio con el Barcelona” porque es el club que le dio todo.
La negociación entre el futbolista y el club se empantanó tanto que el entorno del jugador llegó a la conclusión de aceptar el mal menor: se quedará cumpliendo su contrato hasta junio de 2021. Así evitará conflictos legales tanto el propio Messi como el club que quisiera contratarlo, con el que podrá negociar sin ataduras legales a partir de enero próximo.
Las palabras de Messi confirmaron lo que desde el jueves era más que una especulación y un rumor periodístico: la marcha atrás del futbolista rosarino.
¿Qué hay detrás de este cambio abrupto en el final de la película?
La historia que encontró su clímax el martes 25 de agosto, cuando el mundo empezó a repetir la palabra burofax y la sorpresiva decisión del crack argentino rebotó por todas las latitudes, dio un vuelco cuando quedaron cara a cara Jorge Messi, el padre y representante del jugador, con Josep Maria Bartomeu, presidente del club el miércoles 2 de septiembre.
En las oficinas del Camp Nou y durante una hora y media de charla cordial quedó claro una cosa: tanto el jugador como el club mantenían sus posturas y pensaban ir hasta las últimas consecuencias.
Mientras la institución afirmaba que la única chance de permitir la salida de su capitán era si él pagaba la cláusula de rescisión de 700 millones de euros, del otro lado amenazaban con activar la otra clásula (la que lo habilitaba a quedar libre al finalizar la temporada) pero enseguida aclaraban que preferían negociar una transferencia.
Allí está el nudo de la cuestión. Más allá del fastidio de Messi con el presidente, con las formas que utilizó el nuevo entrenador Ronald Koeman, con la política de compra/venta del club, con los fracasos deportivos de los últimos años, con la salida de su amigo Luis Suárez
(que aún se puede revertir porque se frenó su marcha a la Juventus de Italia), más allá de todo eso, tenía contrato vigente hasta junio de 2021. Y tratar de liberarse gratis, amoldando la cláusula de salida unilateral a la coyuntura de un 2020 en el que la temporada del fútbol europeo se estiró por el coronavirus, iba a general inevitablemente una disputa legal con el club en el que vivió y jugó durante 20 años.
“Si te vas, te haremos juicio”, fue el mensaje que dejó correr el club.
“Si creen que tienen razón, vayan a la FIFA”, se envalentonó el presidente Bartomeu en la reunión con Jorge y Rodrigo Messi y el abogado Jorge Pecourt. Traducido: si te vas libre, el Manchester City (o el club que fuera) deberá estar atento a posibles consecuencias financieras más allá de que la FIFA le otorgara al futbolista un permiso provisorio para seguir desarrollando su trabajo en otro lugar.
Esta disputa fue la que intentó evitar Jorge Messi en la reunión del miércoles. Y la explicó muy bien un especialista en la materia. “Ningún club se arriesgará a ir a un juzgado laboral español por Lionel Messi. Sobre todo aquellos que tienen encima a la UEFA por el Fair Play Financiero, sobre todo aquellos que estuvieron vigilados y condenados (como el Manchester City)”, dijo Juan de Dios Crespo -el abogado español especialista en Derecho Deportivo- en las últimas horas.
“Si el jugador pide el transfer a la Federación Española, ésta se lo negará porque Barcelona no se lo dará. Entonces, Messi tendrá que acudir al Juez Único de la FIFA, que le dará sí o sí un transfer provisional. Pero, después, ¿qué club se va a atrever a ir a un juzgado español con la posibilidad de ser condenado a pagar 100, 200 o 700 millones de euros? Si figura una fecha exacta, ganará Barcelona. Y si figura cuando acabe la temporada, la razón la tiene Messi”, agregó Crespo como dando una clase didáctica de la materia.
Fue una charla cordial, fue un encuentro ameno. Pero queda claro que el padre del futbolista no logró el objetivo había ido a buscar. No alcanzó a poner sobre la mesa la llave de una negociación que permitiera a Lionel irse del club de una manera elegante.
Salir gratis, paradójicamente, implicaba un costo que la familia Messi no estaba dispuesta a asumir.
Las horas pasaron. Y lo que parecía imposible se volvió probable.
Jorge se reunió con Leo para charlar del asunto. Los abogados plantearon pros y contras de cada camino a tomar. Y la mañana del jueves, mientras Messi y Suárez jugaban al pádel, la continuidad en el club empezó a tomar forma.
En una novela en la que los protagonistas principales no hablaban públicamente, fue Jorge Messi el que dio señales mínimas. Del “está difícil” a admitir que la chance de continuar ya no era algo imposible.
Ayer viernes, antes del anuncio oficial, llegaron los dardos en forma de comunicados. La familia Messi ratificó su postura e insistió en que el futbolista podía dejar el club sin tener que pagar la cláusula de rescisión. A través de una carta que Jorge le envió a Javier Tebas, presidente de LaLiga, el padre y representante del jugador cuestionó la postura de la organización que en sintonía con el club instaba a La Pulga a cumplir su contrato.
“Es obvio que la indemnización de 700 millones de euros, prevista en la cláusula previa 8.2.3.5, no aplica en absoluto”, aseguró la familia Messi .
Enseguida llegó el contraataque.
“Desde LaLiga se ha trasladado respuesta al mensaje enviado desde el entorno del jugador Leo Messi. Dicha respuesta pone de manifiesto y confirma la interpretación descontextualizada y alejada de la literalidad del contrato que realizan, por lo que LaLiga se reitera en el comunicado publicado el pasado 30 de agosto”, apuntaron en un escueto mensaje.
Es un final inesperado y que, más allá de la palabra de Messi, sigue a la espera de explicaciones claras. No renunció Bartomeu. No se va del club Messi. ¿Seguirá Luis Suárez? Todo sigue igual, aunque lejos está de seguir igual de bien.w
Ahora voy a seguir en el club porque el presidente me dijo que la única manera de marcharme era pagar la cláusula de 700 millones, que eso es imposible, y que luego había otra manera que era ir a juicio”.
Yo no iría a juicio contra el Barça nunca porque es el club que amo, que me dio todo desde que llegué, es el club de mi vida, tengo hecha aquí mi vida, el Barça me dio todo y yo le di todo, jamás se me pasó por la cabeza llevar al Barça a juicio”.
Cuando le comuniqué esto a mi mujer y mis hijos fue un drama bárbaro. Toda la familia llorando, mis hijos no querían irse de Barcelona, ni querían cambiar de colegio”.
Julio Chiappetta/Nahuel Lanzillotta/Clarín