Llegó el día en la Fórmula 1. Lewis Hamilton (Mercedes) largó desde la pole position en el Gran Premio de Portugal, en el circuito de Portimao, y después de sufrir en un arranque condicionado por la lluvia, en el que perdió la punta, fue una tromba, se llevó la victoria y se convirtió en el piloto con más triunfos en la F 1, con 92, uno más que los 91 de la leyenda alemana Michael Schumacher.
El inglés no para de asombrar en la elite del automovilismo mundial y no se queda con los enormes logros que realiza. Quiere más. Busca más. Se exige más. A su ritmo alcanzará los siete títulos del alemán en la máxima categoría. E irá por otro en 2021.
¿Quién hubiera imaginado que Hamilton o alguien podría quebrar esa barrera de los 91 Grandes Premios ganados por Schumacher? La F 1 cambió, apareció un Hamilton con hambre de gloria que primero ganó con McLaren y luego llevó su potencia a Mercedes, que lo aprovechó con un auto de excelencia.
Claro que lo que parecía sería tranquilo en Portugal cambió absolutamente apenas se largó la carrera. La llovizna complicó todo enseguida. Sergio Pérez se lanzó a atacar a Verstappen y el holandés lo chocó y lo sacó de la pista. Y enseguida, el ataque a Hamilton.
Bottas fue el primero que superó a quien no podía dominar bien su auto. Y luego lo pasó el español Carlos Sainz, que incluso quedó al frente al superar a Bottas. El box de McLaren no lo podía creer.
Tampoco entendían nada en Alfa Romeo. Kimi Raikkonen, quien largó desde el 16° puesto, pronto llegó al sexto. Toda una demostración del ex campeón mundial quien es dueño del récord de carreras largadas en la categoría.
No había respiro en la carrera porque dejó de lloviznar y entonces la potencia de Mercedes se hizo sentir: Bottas y Hamilton superaron a Sainz, quien luego vio pasar a Verstappen delante suyo. Mientras Leclerc superaba a Raikkonen.
Pierre Gasly avanzó al quinto lugar con el Alpha Tauri, pero la lucha estaba adelante y en la 20ª vuelta fue Hamilton el que lo pasó a Bottas en la recta principal como si fuera un poste.
Pero volvió la lluvia y todo podía pasar. Tanto que Lance Stroll quiso superar a Lando Norris y terminó golpeándolo, por lo que se fue de la pista y quedó último. Y también perjudicó al piloto de McLaren.
Con dos tercios de la carrera completada, el dominio de Hamilton se acentuó tras las paradas de los pilotos. Bottas quedó a 14 segundos del líder, con Verstappen y Leclerc detrás, mientras Gasly demostró una vez más su valía como piloto en medio de las butacas en danza en varias escuderías.
No se le podía escapar a Hamilton la victoria y no se le escapó, con un andar arrollador.
El joven que se metió en la F 1 sin pedir permiso, que enfrentó prejuicios como piloto negro y que le peleó de igual a igual a los campeones se consagró como el campeón más joven de la historia. Y fue por más: seis títulos y ahora el récord de GP ganados.
Schumacher tenía 23 años cuando ganó su primer Gran Premio. Conocía la categoría: tenía el background de su primera temporada en Benetton, la de 1991, que representó el último título de Ayrton Senna. Levantó 90 copas más hasta el 1° de octubre de 2006 cuando se impuso en el GP de China, el último triunfo de su carrera.
Su récord, ese que parecía tan imposible de alcanzar como el de sus siete títulos, empezó a tambalear por un Hamilton que en su temporada debut y con 22 años, el 10 de junio de 2007, llevó a su McLaren al primer lugar del podio en el Gran Premio de Canadá. Trece años después y luego de un par de postergaciones, en Nürburgring alcanzó él también 91 victorias en la F 1.
Lo demás es bien fresco. Y es historia. Como la que él escribe.
Clarín/Deportes
El Súper TC2000 volvió a su lugar de origen el fin de semana. Se puede decir que corrió de local ya que la mayoría de las estructuras que componen la categoría más tecnológica de la región se encuentran en Córdoba. Y allí, en el autódromo Oscar Cabalén, Chevrolet impuso su ritmo esta vez de la mano de Bernardo Llaver que se llevó la victorias en Alta Gracia.
Un gran logro para el equipo oficial que comanda Alberto Canapino y que ya había encontrado el triunfo con su hijo Agustín en Buenos Aires. Esta vez, con solidez, paciencia y bajo perfil, el mendocino Llaver fue el protagonista absoluto de un fin de semana inolvidable.
Llaver celebró en lo más alto del podio en un autódromo sin público y bajo los estrictos protocolos de sanidad provincial y de la categoría. El podio lo completaron los pilotos de Toyota, Ricardo Risatti y Julián Santero.
Tras su victoria en la carrera clasificatoria Llaver aprovechó su condición de poleman para la gran final en la que no dio lugar a posibilidad alguna de pelea a sus rivales. Ganó de punta a punta, sin fisuras en un comienzo de carrera complejo ya que la condición de una pista cambiante (clima inestable, con lloviznas y asfalto húmedo por momentos) le quitó referencias a quien comandaba el pelotón.
La largada fue uno de los momentos de mayor zozobra ya que en la primera fila estaba el Toyota del retornado Franco Vivian. De gran actuación en los ensayos del fin de semana, se quedó parado en la partida. Por suerte nadie lo impactó aunque quedó relegado al último lugar.
La carrera careció del brillo que lucieron las dos competencias iniciales en el Oscar y Juan Gálvez porteño. Fue muy lineal, sin momentos de mayores sobresaltos más allá de la acción de Matías Rossi (Toyota), líder del campeonato, cuando superó al campeón Leonel Pernía (Renault).
Más atrás hubo un buen avance de Matías Muñoz Marchesi hasta que sufrió un toque de su compañero de equipo en Fiat, Franco Girolami (Muñoz Marchesi abandonó el autódromo muy enojado). La recuperación del brasileño Rubens Barrichello con el Toyota (finalizó 10°) y los “aplausos” entre Vivian y José Manuel Urcera (Chevrolet) por el 13° lugar fueron otros momentos destacados.
Tras lograr la sexta victoria en la categoría (una de ellas cuando aún era TC2000), Llaver confesó: “Estoy muy feliz por este triunfo. Canapino hizo un trabajo impresionante en este receso. Me pone muy contento por los chicos del equipo. Mi papá debió estar como loco mirando la carrera en Mendoza”.
El vencedor explicó su triunfo: “Las primeras dos vueltas fueron complicadas porque no había referencias por el estado de la pista. Luego fui a fondo en toda la carrera. A Risatti no le dio cuando se le acercaba. Veremos ahora con esta victoria si estoy para pelear por el campeonato”.
El segundo lugar de Ricardo Risatti fue muy festejado. No sólo por el piloto cordobés sino por la categoría en general. Sucede que corre para una estructura satélite de un equipo oficial y demostró que los equipos privados pueden estar a a la altura de los más poderosos.
Matías Rossi acumuló buenos puntos para mantenerse adelante en el torneo. “El resultado final es bueno. Me quedé con ganas de más. Quería alcanzar a Santero para pelear por el podio. Pero fueron buenos puntos. Estamos en un gran nivel y al menos así se demostró en Buenos Aires y en Córdoba. De todos modos hay cositas por mejorar para el fin de semana próximo”, apuntó.
Detrás arribaron los últimos campeones: Leonel Pernía, Agustín Canapino y Facundo Ardusso (Renault).
El Súper TC2000 sigue. Poco descanso en los talleres aprovechando que la mayoría están próximos al Oscar Cabalén ya que el fin de semana próximo habrá una fecha doble. Todos saben que por la cantidad de puntos en juego no habrá lugar para los tropiezos. Será en el mismo autódromo pero en otro circuito para continuar la experiencia cordobesa.
Roberto Berasategui/Clarín