Julieta Zylberberg y Mariana Chaud se cruzaron por primera vez en Magazine For Fai, el recordado programa televisivo infantil creado por Mex Urtizberea en 1995. Mientras una debutaba como actriz, otra trabajaba como asistente de guión, y tiempo después consolidaron una amistad que las llevó a la búsqueda de otro material compartido. Y así se gestó La fiebre, monólogo escrito y dirigido por Chaud en el que Zylberberg interpreta a Azucena, una mujer inmersa en un vacío emocional y en un desamor que estalla en forma de locura.
“Esta historia parte de un lugar personal y social de cómo se vive la soledad y la falta de amor y de cómo eso te puede llevar a soltar esquemas. Porque estar sin amor es un punto de partida para enloquecer”, reflexiona la autora. Por su parte, la actriz, de vasta trayectoria en cine, teatro y televisión, se pone al frente de su primer unipersonal, que además significa su vuelta al off luego de su actuación en Lucro cesante, de Ana Katz, en 2004. “Con Mariana queríamos hacer algo juntas y cuando ella me mostró la idea que tenía, me pareció espectacular”, sostiene y agrega: “Cuando hacés teatro, más si es independiente, te juntás con amigos y con gente que querés y admirás, y hacés algo que sí o sí va a estar buenísimo”.
En simultáneo, ambas desarrollan otros proyectos. En su faceta de actriz, Chaud integra actualmente el elenco de Reinos (Teatro Sarmiento), y se prepara para dirigir el próximo año en el Teatro Cervantes una obra infantil basada en una selección de cuentos de Socorro, la clásica antología de terror de Elsa Bornemann. Por otro lado, Zylberberg graba las primeras escenas de Separadas, la nueva ficción de Pol-ka que se emitirá a partir de enero, mientras espera el estreno de Tengo miedo torero, película dirigida por Rodrigo Sepúlveda y basada en la novela homónima del escritor chileno Pedro Lemebel. Y, según anticipan, en ese prolífico 2020 también habrá lugar para una segunda temporada de La fiebre. “Pasa algo re lindo con esta obra, porque la gente sale conmovida, pero también se ríe un montón”, aseguran.
– ¿Hacer la obra en el circuito teatral alternativo les daba más libertad?
Mariana Chaud: – Sí, y creo que fue una muy buena decisión, porque tuvimos un poder total. A veces, en el teatro independiente hay mucha especulación y parece que hay que hacer lo que se necesita, pero en este caso eso no pasó. Además, entre nosotras hay mucha confianza, y sabíamos que íbamos a hacer lo que queríamos.
– No hay un esquema lineal en esta historia, precisamente porque el relato se estructura en torno a lo que el personaje siente. ¿Eso dificultó la interpretación?
Julieta Zylberberg: – No. Quizá, al principio, eso dificultaba que me aprendiera la letra. Pero fuimos reconstruyendo el orden de las distintas partes de la historia, y ahora, después de apropiarme del texto, me parece que tiene una lógica total en lo temporal y en lo psicológico.
– ¿Cómo trabajaste desde la composición?
J.Z.: – Pensamos un montón, porque era fácil irse hacia un estereotipo de las ideas e imágenes que uno tiene acerca de la locura. Y fuimos trabajando el personaje para que fuera cercano a lo que me puede pasar a mí. Me parecía que estaba bueno buscar en las partes más locas de uno, que son un montón y son zonas a las que se les teme.
– ¿Se le teme a la locura?
J.Z.: – Un montón. Todo el tiempo siento que hay un señalamiento de que no podés operar en este mundo si estás loco.
M.C.: – Hay una condena y una estigmatización sobre la locura, y lo que plantea la obra es la liberación de todos esos prejuicios y encadenamientos sociales. Esta mujer se libera de todas sus responsabilidades y de cómo se la tiene que ver, para poder decir y hacer lo que piensa.
– Es tu primera experiencia en unipersonal. ¿Cómo atravesás la experiencia, Julieta?
J.Z.: – Muy bien. Antes de estrenar me daba un pánico insólito que nunca sentí, y sigo teniendo muchos nervios todos los días antes de la función, pero después lo paso espectacular y lo disfruto un montón. Pensé que me iba a aburrir actuando sola, pero entro en un viaje muy copado.
*La fiebre puede verse en Nün Teatro Bar (Juan Ramírez de Velasco 419), los sábados a las 23.
Candela Gomes Diez/Página 12