
“El que ríe último, ríe mejor”, reza el dicho popular universal. Pues bien, quien ayer dijo algo similar fue el británico Lewis Hamilton, quien se llevó el triunfo en el Gran Premio de Hungría de la Fórmula 1 tras a doblegar a Max Verstappen a poco del final, gracias a la estrategia de Mercedes, que lo hizo parar a tiempo para cambiar los neumáticos y apostar al acecho decisivo que dio sus frutos.
En la largada, Verstappen aguantó a capa y espada la primera posición ante la presión de Valtteri Bottas y de Hamilton. Justamente los pilotos de Mercedes pelearon por la segunda ubicación y el inglés doblegó al finlandés. Esa disputa provocó un roce, que perjudicó el ala delantera del auto de Bottas, quien entró a boxes. Ese retraso lo derivó finalmente al octavo puesto.
Verstappen lideró durante gran parte de la carrera con un buen ritmo. Pero Hamilton y Mercedes apostaron por el compuesto blando a 21 vueltas del final y de a poco el campeón recortó diferencias hasta que a tres giros de la bandera a cuadros superó al de Red Bull y se llevó el triunfo en Budapest para agrandar su diferencia en el campeonato. “Este triunfo se siente muy bien y debo agradecerle al equipo”, comentó el ganador.
La Fórmula 1 entra en el receso del verano europeo. La próxima fecha será el 1° de septiembre, con el Gran Premio de Bélgica, en el mítico escenario de Spa-Francorchamps.
Clarín/Deportes