
Una verdadera pesadilla vive la ciclista Paula Quirós. La misionera, 52° del ranking mundial de mountain bike, fue suspendida provisionalmente por cuatro años por la Unión Ciclista Internacional (UCI) por dar positivo de eritropoyetina (EPO) en un control que le realizaron durante una carrera que se disputó en Brasil en marzo, antes del parate por la pandemia de coronavirus. Según la atleta, su ex entrenador Ignacio Gili confesó que le inyectó la sustancia en enero sin que ella lo supiera.
“Estoy muy mal, me arruinó la carrera. El daño está hecho, yo confié en él. Ahora se encargarán los abogados”, contó Quirós, de 31 años, en una entrevista con el diario El Territorio.
Quirós ya le envió su explicación al Tribunal de Disciplina de la UCI en la que incluyó el testimonio de Gili, quien asumió la culpa por haberle suministrado la droga prohibida, y solicitó que se anule la pena o, al menos, se reduzca al mínimo de tiempo posible.
“Ya hice mi descargo y estoy esperando que sea tomada como válida esa confesión de Ignacio que se hizo cargo de todo y reconoció que fue su responsabilidad y su error”, contó.
Quirós recibió hace ocho días un mail de la UCI en el que le informaron que había dado positivo en una prueba que se le realizó en la Copa Internacional de Araxá, en la que finalizó segunda. La noticia la tomó por sorpresa y su primera reacción fue pedir el análisis de la muestra B para que el resultado del primer test había sido erróneo.
Cuando estaba por hacerlo, Gili con quién había roto su relación profesional poco antes, tras cuatro años trabajando juntos, y ya no tenía comunicaciónle envió unos audios explicándole que él le había inyectado la sustancia.
“No lo puedo creer todavía. El dice que me puso eso cuando nosotros fuimos a Santa María, Catamarca, en enero para un campamento en la altura. Me colocó una inyección que supuestamente era de hierro y vitamina B12”, relató quien además afirmó que el año pasado se había sometido a varios controles, todos con resultados negativos.
“Ahora Gili me escribe a cada rato, pero ya no le contesto. Me manda mensajes y audios, que lo perdone, que me arruinó la vida, que se va a hacer cargo de todo, pero el daño ya está hecho. ¿Qué hago ahora? ¿Cómo empiezo de nuevo? Porque están mi nombre y el nombre de mi familia y no toda la gente va a saber la historia real. Es muy grave”, agregó.
El golpe fue duro. No sólo para Quirós, quien es consciente de que una sanción, aunque termine siendo menor a la de los cuatro años que le corresponderían por consumo voluntario, prácticamente la dejará sin chances de clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que se disputarán el próximo año.
También para su familia, de reconocida trayectoria en el ciclismo provincial y argentino. Es más: su papá Jorge es el presidente de la Asociación de Mountain Bike misionera. Carmen Hobecker, su mamá, escribió una carta abierta en Facebook en la que contó el difícil momento que viven los Quirós.
“Las personas cercanas, la familia, los amigos, conocen la verdad. Yo no tengo necesidad de explicar nuestros valores, honra y esencia familiar. Tampoco los de Paula pues ella es una mujer cabal que puede y sabe defenderse sola. Siempre lo ha hecho. Honesta, testaruda, reservada, humilde. Con esto que está viviendo ya no le queda más nada que conocer del deporte del ciclismo. Ya ha pasado por todo, hasta por lo más denigrante que le puede ocurrir para una persona de honor. Ha sido avasallada en su confianza”, afirmó Hobecker.
Con el descargo realizado, a Quirós sólo le queda esperar que a la hora de tomar su decisión la UCI tenga en consideración lo especial de su situación y el hecho de que ella consumió la droga de una manera involuntaria.
“Lo más seguro es que me suspendan y hay que esperar que sea mínimo lo que me den, pero va a depender del Tribunal. Y si es así perderé todo: los resultados, la beca, todo… No podré ir a ninguna carrera, nada. El daño está hecho”, repitió con una mezcla de dolor y bronca acumulados.
Clarín/Deportes