MG Radio 24 Villa Pueyrredón
El Campeonato Nacional de Mayores que se disputó en Concepción del Uruguay marcó el final de la carrera de una referente del atletismo de nuestro país. Porque tras ganar su duodécimo título argentino de lanzamiento de martillo, Jennifer Dahlgren anunció ayer su retiro de la actividad. “Fue mi último torneo, hace un tiempo que lo venía procesando pero estoy obviamente conmovida porque cerré una enorme etapa de mi vida”, declaró a DeporTV.
Dahlgren, de 36 años, le puso punto final a una carrera de 23 años con una marca de 63,07 metros, ostensiblemente menor a la de 73,74 con la que fijó el vigente récord sudamericano de la especialidad, el 10 de abril de 2010 en Buenos Aires. “Estoy feliz de hacerlo en la cima de un podio, me hubiera gustado retirarme con más tribuna, con mi gente, pero sé que me están acompañando desde Buenos Aires y Estados Unidos, donde está mi familia”, confesó.
Dahlgren había adelantado su idea de retirarse tras los Juegos Olímpicos de Tokio, pero finalmente precipitó su decisión por sentir “una desconexión importante” en los últimos torneo que compitió. “Ya no tenía tanto fuego”, explicó. “Lanzar martillo fue la gran pasión de mi vida y estoy agradecida por todo lo que viví. Me siento afortunada de poder retirarme cuando yo quise”.
Hija de la velocista Irene Fitzner, olímpica en Munich 1972 en los 100 metros, la porteña pasó casi toda su infancia en Estados Unidos y allí practicó muchos deportes. Pero tras regresar a Argentina a los 13 años, descubrió el lanzamiento de martillo y “fue amor a primera vista”, como contó en más de una ocasión.
En mayores, ganó tres oros en Campeonatos Sudamericanos (Cali 2005, Tunja 2006 y Buenos Aires 2011) y el bronce en los Panamericanos Río de Janeiro 2007.Compitió en cuatro Juegos Olímpicos, Atenas 2004, Beijing 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, y es la argentina con mayor presencia en Mundiales de mayores de atletismo con siete participaciones: Helsinski 2005; Osaka 2007; Berlín 2009, Daegú 2011, Moscú 2013, Beijing 2015 y Londres 2017.
En 2010, recibió el Premio Konex como una de las cinco mejores atletas argentinas de la década del 2000. Su marca, sin embargo, más allá del deporte. Porque Dahlgren, desde su lugar como gran figura del atletismo argentino, sumó su voz a la lucha contra el bullying, que sufrió en carne propia durante adolescencia. En el secundario, un chico me ahorcó como si fuera una broma. Me prendieron fuego un zapato. Me medían la espalda con una regla. Dibujaron una heladera de dos puertas en el pizarrón. Eran burlas paulatinas y me marcaron muchísimo. Tardé años, años y años en superarlo”, le contó hace unos años a Clarín. El deporte fue una puerta de escape para ella. “En una época me alcanzaba con decirme: “No seré linda, pero por lo menos mi cuerpo me permite destacarme con el lanzamiento del martillo”. Fue mi primera Curita en la herida, porque encontré amigos en la pista de atletismo, donde me destacaba por el mismo cuerpo que en el colegio me hacía padecer”, reconoció.
La porteña, que estudió Literatura en la Universidad de Georgia, volcó toda su experiencia con esa problemática en su libro El martillo volador y otros cuentos. En los últimos años, además, comenzó a dar charlas en colegios para concientizar sobre el bullying y encontró en el golf otro gran amor. Proyectando a futuro, en 2019 le comentó a este diario que tras su retiro pensaba ser representante de atletas y le gustaría llegar a integrar la Comisión de Atletas del Comité Olímpico Internacional.
Clarín/Deportes
