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Independiente perdió en Tucumán y Racing no pudo con Central Córdoba

Maniobra Franco Mussis ante Soñora. El volante fue el encargado de abrir el marcador en Tucumán.

Hasta Tucumán llegó el invicto de Independiente. Sin mucha creatividad, pero con empuje, el Rojo estaba haciendo figura al Laucha Lucchetti. Sin embargo, no aprovechó su momento, se quedó y en dos ráfagas sobre el final Atlético clavó dos goles para el 2-0 que frenó la marcha de los de Avellaneda, que tuvieron serios problemas para armar la formación y perdieron por primera vez en el torneo de la Liga Profesional tras cuatro triunfos y tres empates.

No le quedó mucho margen de maniobra a Julio César Falcioni y la única salida que tuvo en la previa fue improvisar para cubrir el gran hueco que le había quedado en el círculo central entre las lesiones y suspensiones. A los desgarros de Lucas Romero y Lucas González, en esta semana se le sumaron las ausencias de Domingo Blanco por expulsión y la del juvenil Juan Pacchini, aislado por contacto estrecho de coronavirus. De pronto, el DT de Independiente se quedó sin volantes centrales en el plantel profesional.

Cualquier opción estaba lejos de ser ideal: o se la jugaba con el debut del chico Matías Sosa o lo probaba a Patricio Ostachuk, un defensor central que conoce el puesto de mediocampista central por haberlo cubierto en Inferiores

El Emperador esperó hasta último momento para tomar la decisión y se inclinó por la segunda posibilidad. El zaguero de 21 años se plantó del medio hacia la derecha y demostró firmeza en la marca y buena recuperación. Con buenos quites le dio la razón a la elección de Falcioni y eso le dio tranquilidada al equipo visitante cuyas falencias pasaron por otro lado en una primera parte chata desde el juego.

Eso fue lo que le faltó a Independiente, pero también a su rival: juego. Alan Soñora, parado a la izquierda de Ostachuk en el 4-2-3-1, no lograba aportar claridad en el primer pase hacia adelante. Y tanto Sebastián Palacios como Andrés Roa se mostraban improductivos por los costados.

La cuestión se tornaba interesante cuando Alan Velasco podía tomar contacto con el balón y se disponía a encarar. Así dejó en el camino a Cristian Erbes y soltó el derechazo para que Cristian Lucchetti estirara su humanidad de 42 años como si tuviera 22 y evitara que el remate se convirtiera en gol. Pero pocas veces la joyita del Diablo tuvo esas libertades.

El 4-1-4-1 de Omar De Felippe no le dejó muchos espacios al visitante, que sufrió en algunas pelotas detenidas, como en un tiro de esquina que cabeceó Ramiro Ruiz Rodríguez y un tiro libre de Franco Mussis que también desactivó, en dos tiempos, el bueno del arquero uruguayo.

Hubo un momento en que el partido pareció volcarse para el lado rojo. Fue en el primer tramo del complemento, cuando los visitantes salieron con algo más de determinación y tuvieron un par de chances concretas. Primero con un remate de Fabricio Bustos (se recuperó antes del encuentro de un problema estomacal y pudo salir a la cancha) y después con un cabezazo de Palacios, tras un centro de Soñora, que sacó el Laucha cuando se le metía por arriba. Sosa también volvió a estirarse en su arco para tratar de sacar otro tiro libre venenoso de Mussis que dio en el ángulo y se fue afuera.

Independiente volvió a perder el control de la pelota, aunque no sufría como para pensar que todo se le iría al demonio en dos ráfagas. De tanto insistir, Mussis se quedó con la sortija con un disparo esquinado que agarró a contramarcha a Sosa. Y en la acción siguiente, después de sacar del medio, Velasco la perdió y Renzo Tesuri, ex Ferro, definió cruzado y sentenció todo a cuatro minutos del final.

Corresponsalía Tucumán de Clarín/Deportes

RACING DILAPIDÓ LA CHANCE DE SER EL ÚNICO PUNTERO

El resultado del vecino estaba puesto y la mesa, servida en Avellaneda. Racing se relamía con la derrota de Independiente en Tucumán y enfrente estaba Central Córdoba, que llegaba hasta el Cilindro indigestado de preocupaciones. Y alcanzó la punta la Academia, pero la comparte con su clásico adversario. Su fútbol fue muy flaco, como aquel que se deglutió a Pizzi. Y si hoy Lanús vence a Gimnasia, pasará a ambos equipos de Avellaneda y será el único líder.

Racing tenía claro que debía tomar el protagonismo. Y lo buscó siempre, aunque sin claridad. Se encontró con un rival incómodo, que apretó líneas, priorizó el orden y cerró los caminos hacia el arco de Rigamonti. En el segundo tiempo, los visitantes contra el área de Arias y se invirtieron los roles. Así y todo, el partido terminó en el campo de los de Coleoni, con los centrales anticipando arriba y abajo, especialmente Rentería, impasable.

Tuvo dificultades la Academia porque los laterales se proyectaron, pero pocas veces lograron desbordar. Lo consiguió una sola vez en la primera etapa, cuando Fabricio Domínguez combinó con Chancalay, llegó el centro del uruguayo, pero el cabezazo de Cvitanich pegó en Maciel y no fue gol porque manoteó Rigamonti.

Y si no había espacio por el costado, había que intentar por el centro. Ahí mismo también se cerró el equipo santiagueño, que tapó la salida clara de Miranda y Moreno. Entonces, la única opción era apostar a la gambeta. Se animó Lovera, aun perdiéndose entre las piernas adversarias. También el chico Prado, de 20 años, marcador central devenido a lateral izquierdo ante la ausencia de Mena.

Como los recursos se agotaban ante ese combo de intensidad y disciplina que proponía Central Córdoba, el ingenio de Cvitanich para frotar la lámpara de un pase filtrado podía ser otra de las vías de ataque. Sin embargo, Copetti tiene un control limitado. Es un futbolista esforzado, pero poco dúctil. La pelota del capitán le quedó atrás y Chancalay, sin ángulo de tiro. Controló el arquero.

Los visitantes hicieron bien su trabajo en la primera etapa. Se preocuparon por cortar circuitos con Vega y Soraire encima de los volantes de salida de Racing, bloquear los laterales con Brochero y Alejandro Martínez por afuera y salieron de contraataque. Tuvieron una muy clara. Justamente combinaron Martínez y Brochero en una réplica y Arias mostró todos sus reflejos.

Fue deslucido Racing, que siempre intentó jugar hacia adelante pero a veces tuvo que volver con el pase atrás para hallar un hueco. Central Córdoba sumó altura con el ingreso de Rentería por el lesionado Salomón. En este contexto de pelotas divididas, fricciones que Merlos permitió y minimización de espacios, prevalecieron los visitantes.

Y en el segundo tiempo fueron mucho más peligrosos por las bandas, sobre todo con Brochero. Racing retrocedió demasiado. Hasta que Úbeda intentó sacar al equipo del fondo con los cambios. Entraron Correa y Rojas por Cvitanich y Lovera. Con dos “9” más el paraguayo como lanzador, el técnico buscó ganar la batalla física y encontrar algo de claridad. Funcionó a medias. Después, rompió el medio, salió Miranda e ingresó Garré, que no pudo desequilibrar.

Racing se ahogó en su falta de variantes. Piatti y Mauricio Martínez no cambiaron nada. Central Córdoba, replegado con variantes para fortalecer la recuperación, había logrado su objetivo. La Academia sólo podrá valorar que está en la cima de la tabla. Su juego involucionó.

Daniel Avellaneda/Clarín

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