MG Radio 24 Villa Pueyrredón
Películas sobre robos que terminan mal hemos visto decenas. Pero volcadas hacia la comedia más que al género de acción, no tantas. Incitadores (un título, ¿cómo decirlo?, feo) tiene a Matt Damon y Casey Affleck al frente de un elenco de estrellas, dirigidos por un amigo de Tom Cruise, Doug Liman (Al filo del mañana).
Y esta producción, que se estrenó el viernes, es una conjunción de amistades. Por una parte, el protagonista, Matt Damon, y Ben Affleck son productores del filme de Liman, que dirigió a Damon en Identidad desconocida, la primera de Bourne. Y Casey Affleck, hermano menor de Ben, venía de trabajar en Oppenheimer, donde Damon también tenía un papel.
Rory (Damon) y Cobby (Affleck) se conocen al integrar la incipiente banda que planea robar los aportes de militantes del alcalde de Boston (Ron Perlman, que parece el primo de Will Ferrell, por físico y actuación), la noche en la que se define su reelección. Hay que ir al hotel cerca del río, llegar vía marítima, entrar por la cocina, donde no habrá más de cuatro trabajadores, y llegar hasta la caja fuerte. Fácil.
Bueno, no tanto. Porque las películas de robos, en las que el atraco se produce al comienzo mismo del filme, con tanto por desandar, por lo general terminan complicando a los criminales. De Tarde de perros para acá, los ejemplos sobran.
No hay cuatro en la cocina, sino decenas de empleados. Y cuando llegan hasta la caja fuerte, en vez de 300 mil dólares hay pequeños fajitos: habían recaudado tanto, que se lo fueron llevando. Y pasan más cosas en el hotel, pero no las vamos a spoilear aquí.
Lo más atractivo de Incitadores está en las actuaciones de todo el elenco. Rory es un exmarine que recibe ayuda psicológica (su terapeuta es Hong Chau, la tailandesa de La ballena y El menú, que también trabajó con Matt Damon en Pequeña gran vida) con intentos de suicidio y que necesita dinero (una pequeña suma exacta, no quiere más), para poder ponerse al día con las cuotas alimentarias de su hijo.
Y Cobby, que ha pasado unos años en prisión, es de nuevo tentado por Scalvo (Jack Harlow) para dar el golpe que desde bambalinas planea el señor Besegai (Michael Stuhlbarg), ayudado por Richie (Alfred Molina).
¿Quieren más actores conocidos? Toby Jones es la mano derecha del alcalde, un corrupto que está seguro de ganar las elecciones. Y mejor que lo haga, porque si se destapan todos sus arreglos y coimas terminarán todos presos.
El guion le da los mejores gags verbales a Casey Affleck: más o menos, cada vez que abre la boca es para disparar una broma. Damon juega más al temeroso y desconfiado, un rol atípico para él. La química entre estos dos personajes parece genuina, y se disfruta desde el sillón del living.
Pablo O. Scholz/Clarín-Espectáculos
