
Luego de su derrota en octavos ante Djokovic, en una entrevista con la ATP, Diego Schwartzman contó su historia familar que va desde la milagrosa huida de uno de sus bisabuelos de Auschwitz a las penurias sufridas por la crisis económica en Argentina.
“Mi bisabuelo materno trajo a su familia en barco a Argentina. Cuando llegaron, no hablaban español. Y la familia de mi padre era de Rusia y también fueron a Argentina en barco. No fue fácil para ellos cambiar totalmente sus vidas después de la guerra, pero lo hicieron. Por eso me considero un afortunado”, contó el Peque. Entonces llegó el momento de rememorar una historia desgarradora que le contaron sobre parte de su familia.
“Pase lo que pase en mi carrera, nada se comparará con lo que mis padres soportaron. Tengo raíces judías y mi bisabuelo del lado de mi madre, que vivía en Polonia, fue llevado en un tren a un campo de concentración”, relató el tenista .“El acoplamiento que conectaba dos de los vagones se rompió. Parte del tren continuó y la otra se quedó atrás. Eso permitió que todos los atrapados, incluido mi bisabuelo, corrieran por sus vidas. Afortunadamente, sin ser descubiertos. Sólo pensar en eso me hace dar cuenta de cómo las vidas pueden cambiar en un instante”, continuó.
En la entrevista con la ATP, Peque también habló sobre la fuerte crisis económica que pasó su familia en la década del 90. Pasaron de tener muchos autos y casas a vender pulseras para poder solventar los viajes de Diego, que se formaba como tenista. “Antes de nacer yo, mi familia llevaba una vida increíble en Sudamérica. Poseían una compañía de ropa y joyería que les hizo ganar mucho dinero. Tenían una casa en Uruguay, donde iban cada diciembre y enero para disfrutar del verano. Tenían una casa en Capital y otra afuera. Tenían muchos autos. La vida era asombrosa”, comenzó a explayarse Schwartzman.
“Pero las cosas cambiaron cuando nací -remarcó-. Mi familia lo perdió todo. En la década del 90, el Gobierno redujo las importaciones. Mi padre seguía gastando dinero para tratar de conseguir cosas fuera del país, pero no había ninguna posibilidad y comenzó a ir de mal en peor. Fue terrible. Mi madre trató de obtener el material de China para la ropa, pero no había forma de obtenerlo en Argentina”. Contó que comenzó a ayudar a su familia a vender “pulseras de goma” que habían quedado del negocio. al menos para obtener dinero que le solventara los viajes.
“Mirando hacia atrás, fue una situación difícil. Pero en ese momento, fue divertido. Ayudé a mi madre a vender las pulseras y también lo hicieron algunos de los otros jugadores. Entre partidos, todos corríamos con una bolsa de pulseras para ver quién podía vender más y mi madre les daba el 20 por ciento del dinero por cada una. Eran dos competiciones en una: tenis y venta de pulseras. En ese momento entendía por qué hacíamos todo esto, pero no lo sentía, porque mis padres intentaban trabajar duro. Sé que esos tiempos difíciles me ayudaron a ser un mejor competidor”, dijo el número uno de la Argentina.
DOMINIC THIEM-ALEXANDER ZVEREV, LA OTRA SEMIFINAL
El español Rafael Nadal no podrá igualar al suizo Roger Federer en cantidad de títulos de Grand Slam al menos hasta Roland Garros, ya que el austríaco Dominic Thiem lo sorprendió este miércoles al derrotarlo en cuatro sets y lo eliminó en los cuartos de final del Abierto de Australia.
En un duelo que se extendió por cuatro horas y diez minutos, Thiem se impuso por 7-6 (7-3), 7-6 (7-4), 4-6 y 7-6 (8-6) para clasificarse a las semifinales, instancia en la que se medirá con el alemán Alexander Zverev, que superó por 1-6, 6-3, 6-4 y 6-2 al suizo Stanislas Wawrinka.