
La talentosa Meryl Streep es la única actriz de más de 70 años que logró estar en el podio de las mejores pagas del mundo. Sofía Vergara (48 años) lidera el ranking 2020 que acaba de dar a conocer Forbes (con 43 millones de dólares de ingreso), y le siguen Angelina Jolie (35,5 millones), Gal Gadot (31,5 millones) y Melissa McCarthy (25 millones).
Streep ocupa el quinto lugar, y se estima que recibió 24 millones en los últimos 12 meses. A los 71 años (cumplidos el 22 de junio) su economía no es un problema, por el contrario, podría jubilarse y vivir a puro lujo por varias décadas. Lo que sí le preocupa a la mujer que puso alma y cuerpo a Los puentes de Madison, Kramer versus Kramer y Mamma Mía, entre decenas de filmes más, es la campaña de desprestigio que desde hace un tiempo impulsó un sector de Hollywood.
A 43 años de su debut cinematográfico (Julia, 1977), Meryl se siente angustiada luego de ser señalada por varios colegas y medios como “la gran cómplice del monstruo”. El monstruo es nada menos que el productor acosador/abusador Harvey Weinstein.
A fines de 2017 existió una campaña callejera que parece no haber cesado. Un tuit de una de las impulsoras del #MeToo, Rose McGowan -luego borrado por la actriz- llevó a Meryl Streep a tener que dar explicaciones.
En el mensaje Rose criticaba a su colega por la relación de amistad que mantuvo con Weinstein por décadas. “Actrices como Meryl Streep, que trabajó felizmente para ese cerdo mostruoso, vestirán de negro en los Globo de Oro en una protesta silenciosa. Su silencio es el problema. Aceptarán un premio falso sin aliento y no harán un cambio real. Desprecio su hipocresía. Tal vez deberían vestir un Marchesa (firma de moda de la ex esposa del productor)”, escribió enojada McGowan, una de las primeras en contar públicamente que había sido abusada por el fundador de The Weinstein Company.
“No fui deliberadamente silenciosa. No lo sabía. No aprobé tácitamente la violación. No me gusta que las mujeres jóvenes sean agredidas. No sabía que esto estaba sucediendo (…) Nunca en mi vida he sido invitada a su habitación de hotel”, salió a defenderse Meryl. “Él me necesitaba a mí mucho más de lo que yo lo necesitaba a él, y se aseguró de que yo no supiera todo eso”.
A pesar de esa defensa, aparecieron varios afiches en las calles de Los Ángeles con la cara de la actriz sonriente junto a Weinstein, con una franja roja tapando sus ojos. She Knew (Ella sabía), decía el cartel.
Muchas colegas decidieron mantenerse neutrales, otras le creyeron a Streep, pero un sector continúa con ese plan de señalarla como “la artista que apañó un mecanismo perverso”. Meryl decidió unirse a la lucha feminista, y de hecho sorprendió con declaraciones acerca del drama que vivió en silencio: hace casi tres años reveló en un evento del Committee to protect Journalists que sufrió violencia verbal y corporal.
Clarín/Espectáculos