Hubo hazaña argentina en Brasil. Defensa y Justicia se transformó en el décimo equipo nacional en ganar la Recopa Sudamericana y conquistó su segundo título internacional en apenas tres meses. En enero había ganado la Copa Sudamericana con Hernán Crespo en el banco y ahora levantó este trofeo con Sebastián Beccacece. Fue heroico con ese golazo de Marcelo Benítez en la agonía del tiempo reglamentario para el 2 a 1 ante Palmeiras. Revivió después del penal que atajó Unsain en el suplementario. Y fue muy efectivo desde los 12 pasos. Además, fue superior a su rival en el juego en las dos finales.
No tenía otra alternativa Defensa y Justicia que ser protagonista. Sin público, en otro escenario, el estadio Mané Garrincha de Brasilia en lugar del Pacaembú de San Pablo, buscó la hazaña de coronarse campeón en tierras brasileñas. Cumplió con el papel de ir a buscar el 1-0 en el arranque para tener mayor tranquilidad.
Fueron 18 minutos de intensidad. Estuvo cerca del gol a los 14, cuando tras un remate de Benítez, le rebotó la pelota a Weverton y Pizzini definió mal. En esos 18 minutos iniciales, con una posesión del balón del 58%, el Halcón potenció todas sus virtudes: buena presión en el medio y proyecciones por los laterales para atacar por las bandas.
Pero también hubo errores colectivos en las marcas e imprecisiones de algunas individualidades, como los de Adonis Frías. Con espacios, los delanteros de Palmeiras aprovecharon cada contraataque para lastimar. Así llegó el penal que le cometió Meza a Rony a los 19 minutos y que Raphael Veiga transformó en gol.
Con más espacios para las réplicas, el equipo brasileño estuvo cerca de aumentar. En desventaja, el Halcón mantuvo sus convicciones para llegar al gol. Y fue un golazo de Brian Romero. Porque la triangulación entre Matías Rodríguez (pase al vacío), Pizzini (centro atrás) y Romero (goleador) fue perfecta.
El último cuarto de hora no tuvo la intensidad de los primeros 30 minutos. Palmeiras ya no llegó con tanta facilidad porque el equipo de Beccacece empezó a ocupar mejor los espacios del medio hacia atrás. Y hacia adelante, fue paciente para llegar al área rival, explotando siempre más la banda derecha, con Pizzini como uno de los mejores intérpretes.
No cambiaron las ambiciones en la parte final. Palmeiras continuó fiel al libreto que le permitió coronarse campeón de la Libertadores 2020. No brilla, no deslumbra, pero es efectivo. El desgaste siguió siendo de Defensa. Tuvo una buen chance de marcar el segundo a los seis minutos, con un gran pase filtrado de Pizzini para Romero, que perdió en el mano a mano con Weverton.
La banda derecha de Defensa siguió siendo una pesadilla para el equipo brasileño. Cada pase de Matías Rodríguez encontraba libre de marca a Pizzini, quien con cada centro atrás hacía temblar a la defensa local. Pero también, en cuentagotas, Palmeiras sacaba provecho de algunas fallas en la última línea visitante. Así, Rony recibió solo y fusiló a Unsain, que respondió muy bien.
Los errores del árbitro Leodán González se sucedieron. Era falta de Frías sobre Matías Viña y terminó con 10 Palmeiras (con advertencia del VAR). Con superioridad numérica, le quedaban 20 minutos al Halcón para marcar el segundo y forzar el alargue. Palmeiras se retrasó aún más, cerró camino y Defensa solo logró quebrar ese cerrojo con ese golazo de Marcelo Benítez en el cuarto minuto adicionado.
En el inicio del suplementario hubo tres penales, pero el árbitro solo cobró uno (no vio el manotón de Gómez a Bou ni la falta tras la atajada de Unsain a Gómez), que tapó el “1” del Halcón, recuperándose de su grave error en la jugada sancionada. Antes de la ejecución, hubo discusiones, empujones y vio la roja Romero.
Con pocas energías, el título se definió en los penales y fue para Defensa y Justicia. Un logro monumental.
Clarín/Deportes