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Habla Luca Vildoza, el nuevo NBA argentino

El base argentino llegará esta semana a la Gran Manzana.

Una fría tarde de 2019, cuando no se imaginaba en la NBA y era un agradecido a la vida por estar en la Selección, antes del Mundial de básquetbol de China, después de batallar con lesiones que se habían empecinado en cercenar sus posibilidades, Luca Vildoza destilaba madurez a los 23 años. “A la NBA creo que se va cuando te hacés un un buen jugador. Hoy no me veo preparado”, reconocía en el Dow Center de Bahía Blanca, ante Clarín. Apenas habían pasado algunas horas desde que Luis Scola les había dicho a sus compañeros que podían soñar con ser semifinalistas del mundo.

Menos de dos años después, ese chico es el más reciente refuerzo de New York Knicks, una de las franquicias más icónicas de la mejor liga del mundo. “Es un sueño”, repetirá casi de forma automática después de cada respuesta con este diario, ya como jugador de la NBA.

“No sé ni cuándo viajo a Estados Unidos. Supongo que iré a un hotel, porque tengo que hacer la cuarentena y después no sé si a un departamento, porque voy a estar un mes y medio. Pero no tengo idea todavía”, dice entre risas.

Es que después del final de la temporada y los playoffs, será momento de encarar la preparación para los Juegos Olímpicos de Tokio, por lo que estará en Estados Unidos casi de paso por las próximas semanas. Pero para eso habrá tiempo.

“De Vitoria a Nueva York -reflexiona Vildoza en voz alta sobre su futuro cercano-. No me puedo quejar de los lugares que me han tocado. Mar del Plata ya todos saben lo que es. Vitoria es muy tranquilo y ahí se vive muy bien. Y ahora voy a una ciudad de caos, pero de las mejores del mundo. Me tendré que acostumbrar”.

-Antes te costaba “creértela” un poco respecto a ser titular y hombre importante de Baskonia. Ahora no debés caer… -No, no. Una vez que caigo sobre quién era en Baskonia, me voy para otro lado (risas). Hasta que no esté ahí y vea el monstruo que es la NBA como organización y vea la ciudad, no me voy a dar cuenta de dónde estoy. No duermo. Llevo dos semanas sin dormir. Entre el contrato de salida, el de los Knicks, la NBA…

-¿Viene de larga data poder llegar a la NBA o se dio muy pronto?

-No, fue todo muy rápido. Sabía que había un rumor desde hace dos meses, pero no más que eso. El tema contrato llegó hace dos semanas. Fue todo muy de golpe, pero mejor que sea así para no tener tanto tiempo para pensar. ¡Mirá si me vengo atrás y no me quiero ir de mi casa! Mejor que pase así. Estoy contentísimo.

-¿Cómo fue el momento en el que tu representante te dijo: “Está todo OK para firmar con los Knicks”?

-Increíble. Creí que me estaba jodiendo. Claudio (Villanueva, su agente) siempre es precavido con esas cosas. No le gusta decirme nada hasta que no hay un cierto acuerdo, pero ya sabíamos que estaba la oportunidad, que Baskonia necesitaba el dinero porque no estaba bien con el tema de no tener espectadores. Le venía bien al club. Al final aceptaron, hicimos un tramiterío que lleva su tiempo y recién el jueves estuvo todo confirmado. Fueron dos semanas de puros papeles, rumores y no decir nada. Ahora puedo decir que soy jugador de los Knicks. Es un sueño.

-¿Qué cambió en vos para sentirte hoy listo y dar el salto grande?

-Esta temporada fue clave, tanto física como basquetbolística y psicológicamente. Empecé siendo una de las piezas clave del equipo, si bien al final terminé con lesiones que no me permitieron estar al 100%. Pero me sentí muy importante y tuve partidos muy buenos. Esta temporada tuve ese click de decir: “Mierda, puedo dar un paso más. No me quiero estancar sabiendo que estoy cómodo en mi casa y que la ciudad y el entrenador me quieren”.

-¿Hubo momentos puntuales que te llevaron a eso? Por ejemplo, Campazzo contó que lo que hizo en el Mundial lo ayudó a terminar de convencerse de que estaba para la NBA.

-Bueno, yo ahí no tanto; Facu sí, indudablemente. Yo me sentí así cuando me dieron el premio el año pasado (fue el Jugador Más Valioso de la final de la Liga ACB de España) y fuimos campeones. Desde ese momento creo que tengo una imagen mía un poco más arriba de la que tenía, sabiendo que siempre soy bastante autocrítico y me tiro para abajo. Este año me sentí un jugador importante, porque cuando no estaba yo, el equipo tenía ciertos problemas. Tuve casi 30 minutos de promedio y grandes partidos en Baskonia, que siempre me apoyó. Bueno, al final soy un jugador NBA. Resulta raro decirlo, un poco creído. Es algo soñado.

En los últimos años, los New York Knicks fueron carne de críticas, de memes y de cargadas para gran parte de los fanáticos de la NBA. Malas decisiones y pésimas contrataciones los posicionaban continuamente como el hazmerreír de la liga. Sin embargo, esta temporada todo cambió. De la mano del entrenador Tom Thibodeau, construyeron un equipo serio y competidor que se ganó el respeto de todos y está en franco puesto de clasificación a playoffs.

La contratación de Vildoza es vista como una jugada astuta: tenían espacio salarial y en el plantel como para sumarlo y le ganaron de mano a muchos interesados en el argentino, que esperaban a la agencia libre para ofrecerle un vínculo.

El ex hombre de Quilmes de Mar del Plata llega a la franquicia por lo que resta de esta temporada y opción a tres años más. Estará, de algún modo, a prueba de aquí al comienzo de la próxima campaña, lo que le ocurre a Gabriel Deck en Oklahoma City Thunder.

“El equipo me dio la bienvenida y no veo la hora de estar ahí saludando a los compañeros, al entrenador y ver cómo es todo en un estadio NBA”, se ilusiona Vildoza.

-Hay quienes dicen que no vas a jugar esta temporada. ¿Hablaste sobre los planes que tienen para vos?

-En principio, entrenarme, viajar con el plantel, incorporarme al equipo de a poco, pero sabiendo que voy en un momento no tan fácil para debutar. Vienen los playoffs y si llego y voy bien, quizás pueda dar un paso y jugar. Pero es muy difícil. Paso de Europa a la NBA. Es un ritmo totalmente distinto, con jugadores diferentes. Se juega a otra cosa, más a la vorágine, así que me tendré que acostumbrar Con el equipo voy a estar y si en algún momento tengo que jugar un ratito, aunque sean 10 segundos, estaré muy contento.

-¿Qué cosas que excedan al juego soñás con vivir en la NBA?

-Todo lo que tenga que ver con el estadio, sabiendo los shows que hay. Escuchar el nombre en la presentación, tener la camiseta… Que la página oficial suba fotos ya es increíble. Me empezaron a seguir los Knicks y no lo podía creer todavía.

-¿A quién te gustaría enfrentar?

-A los mejores. LeBron James, Stephen Curry, el mismo Derrick Rose. Jugar con los mejores del mundo te hace estar totalmente emocionado por ver hasta dónde puede llegar tu techo. A cada jugador, en definitiva, porque en todos los equipos hay una estrella.

-¿En quiénes pensás en estos momentos? Personas que te hayan ayudado en tu camino, aquellos de los que no se sabe tanto.

-A mi familia, pero la dejo aparte porque se sabe. Mis amigos de Argentina, a los que quería ver después de dos años y con los que había hablado para ir porque realmente los extrañaba. Pero ahora se dio todo esto y no puedo ir otro año más. Los llevo dentro y sé que siempre están ahí. Entrenadores de las inferiores, ya que todos dejaron su huella. Y le agradezco a la gente de Quilmes, que fue la que me motivó y me ayudó a crecer como profesional y a dar el paso hacia Europa.

Mauricio Codocea/Clarín

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