
“Señoras y señores, antes de comenzar a tratar los temas en cuestión quiero comunicarles una decisión personal que tomé: no me voy a postular a un nuevo mandato como presidente del Comité Olímpico Argentino. Quiero ver un COA moderno, con gente joven. Hay que empoderar a los que vienen y seré un soldado que seguirá luchando por el bien de los atletas”. Con esas palabras Gerardo Werthein les anunció a los miembros del Consejo Ejecutivo del Comité Olímpico Argentino (COA) que en agosto o septiembre deberán elegir a un nuevo presidente. Y estalló la bomba nomás.
Lo pensó un par de meses como para evaluar bien las consecuencias. En silencio, con la almohada. Y cuando se decidió se sintió liberado. Sin reproches. Lo que no calculó es que semejante noticia dejaría descolocados a los casi 70 participantes de la reunión que se quedaron primero boquiabiertos y luego le pidieron que recapacitara y siguiera. Al cabo, no hay un impedimento reglamentario para que lo haga.
“¿Con qué autoridad moral puedo volver a presentarme si lo que quiero es empoderar a los jóvenes? No quiero parecerme a ningún dirigente del pasado sino ser alguien que piensa en el futuro. No creo en perpetuarse en un cargo ni en quedarse para siempre atado a un sillón. Sueño con que el COA se transforme en un lugar donde los atletas estén más representados”, le contó Werthein a Clarín poco después de la noticia que sacudió al olimpismo argentino.
El poderoso empresario de 64 años, relacionado con el deporte gracias a la equitación, llegó al frente del COA en 2009 tras la renuncia de Julio Cassanello, en una votación que le ganó por 34-24 a Alicia Morea. Fue reelecto en 2013 y 2017 y si quisiera seguramente continuaría. Pero prefirió dar un paso al costado y ahora habrá un año para construir la sucesión.
“Doce años es suficiente tiempo a cargo del COA y ahora tiene que venir otro. Si me quedo no estaría haciendo lo que creo que se debe hacer en esta institución. Nadie se puede arrogar el hecho de ser el único. El cementerio está lleno de imprescindibles”, explicó a sabiendas de que no tendría una oposición.
“Mis principios están por encima de mis derechos. Es más, en el proyecto de estatuto nuevo del COA, que debe ser analizado por las federaciones, propongo que el presidente pueda ejercer durante un máximo de tres períodos consecutivos, igual que en el Comité Olímpico Internacional. Y que luego no pueda volver más a ser presidente”, aclaró Werthein.
Los debates por el nuevo estatuto propuesto serán arduos porque habrá varios temas en juego que causan no poca polémica, sobre todo en miembros tradicionalistas para quienes ser miembro del COA es un símbolo de status. La limitación de edad para ocupar cargos (75 años) es una cuestión que genera asperezas. “El mérito para ocupar un cargo no debería ser la edad sino lo que vos hacés por el deporte”, relató Werthein.
Un tema clave que analizarán las federaciones será la propuesta para achicar la disparidad de género en los cargos. Werthein promueve que cuatro de los 11 miembros de la Mesa Ejecutiva del COA deban ser mujeres cuando hoy solamente está la vicepresidenta Morea. Además, a los atletas los deberán representar, según ese proyecto, un hombre y una mujer.
“Quiero promover un cambio hacia un mundo más moderno con el ejemplo. No hubiera estado bien este proyecto si yo me quedara como presidente. Steve Jobs está muerto y ese sí que era importante. Siento que hice lo correcto porque la inercia te lleva a querer quedarte para siempre. Pero no me retiro, eh. Voy a laburar como loco a la par de quien lidere en pos de los atletas”, dijo Werthein, quien además es miembro del Comité Olímpico Internacional.
Hernán Sartori/Clarín