En diciembre del año pasado, el nombre de Francisco «Achi» Zustovich se instaló en el ambiente del básquetbol por haber anotado 78 puntos en sólo 20 minutos en el cuadrangular semifinal del Argentino U13 jugando para Peñarol, después de haber convertido 54 y 55 en los juegos anteriores. Hoy, el marplatense que acaba de cumplir 14 años, está brillando en la Mini Copa del Rey con el Real Madrid, que lo invitó desde hace un mes para que se entrene con sus equipos, en una especie de prueba pensando en el futuro.
«Tengo sensaciones de todos los colores», le cuenta Erardo Zustovich a Página/12 desde Málaga, donde se encuentra junto a su esposa Verónica acompañando a su hijo en esta experiencia inolvidable y minutos después de que Achi deslumbrara a propios y extraños en el cómodo triunfo 85-57 ante el Obradoiro, con una planilla que incluyó 15 puntos, nueve asistencias y 30 de valoración para ser elegido el mejor jugador del partido y dueño de todos los highligths de la organización.
«Hoy la rompió. Lo digo con toda la objetividad que puede decirlo un padre, pero realmente jugó muy bien», remarcó Zustovich padre, que vio el partido junto a Silvio Santander, el director del programa de divisiones formativas de la Confederación Argentina de Básquetbol. «Ayer le costó más, se tiene que adaptar a compañeros nuevos, a algunas reglas diferentes y a que enfrente hay algunos jugadores africanos de más de dos metros», completó el análisis.
Sin embargo, en Madrid también dejó su huella. Si bien es habitual que el club invite a buenos proyectos y los sume a sus prácticas y sus torneos, no es común que lo haga por tanto tiempo. La experiencia que iba a ser de una semana con la participación en un torneo en Barcelona, se extendió un mes, ya que el club blanco lo invitó para que jugara la Mini Copa del Rey, un certamen que funciona como preliminar el torneo de los mayores, con repercusión en todo el continente. Por eso, les cambió los pasajes de regreso para el próximo lunes, para que no tuvieran que ir y volver en tan poco tiempo.
«Es todo gratitud. Los estamos disfrutando más que al 100 por ciento. El trato que nos están dando es espectacular«, asegura Zustovich, que lo graficó con una anécdota: «Ellos entrenan en la ciudad deportiva del club, que es un mundo aparte, y hay veces que no se pueden ver las prácticas porque están en una cancha que no se ve desde las gradas. Pero viene el encargado del básquet del club, nos llama y nos lleva para que las podamos ver sólo nosotros».
Ariel Greco/Página 12