
En la memoria del tenis mundial todavía estaba fresco el recuerdo de la final de Wimbledon, en la que Roger Federer dejó pasar un match point y terminó cediendo el título ante Novak Djokovic. Ayer el suizo se tomó revancha. Y nada menos que en el cierre del round robin del Masters de Londres (9 millones de dólares; sintética) en un duelo al que los dos llegaron a todo o nada.
Federer, tercer favorito, jugó un partidazo, en un nivel que recordó al de sus mejores años, y se impuso por 6-4 y 6-3 en apenas una hora y 13 minutos en el choque que bajó el telón del grupo Bjorn Borg. Así se metió en las semifinales del torneo por 16ª vez en 17 participaciones. Pero además, con su victoria dejó a Djokovic (segundo) sin chances de recuperar el N° 1 que quedará en manos de Rafael Nadal en el final de la temporada
“No podría estar más feliz. Jugué increíble; algo que sabía que tenía que hacer porque es lo que se necesita para ganarle a Novak. Y lo disfruté. Fue una noche definitivamente mágica”, comentó Federer.
El suizo -que busca su séptimo título de Maestro- fue una aplanadora. Estuvo intratable con su saque en el primer parcial: sumó ocho aces, ganó el 84 por cientos de los puntos que jugó con el primero y todos los que disputó con el segundo. Pero además se lo vio preciso, rápido de piernas y con un tenis veloz y letal.
Federer cortó una racha de cinco derrotas consecutivas ante Djokovic y espera ahora por su rival de las semifinales. Será Nadal si el español logra avanzar. Para eso tendrá que derrotar hoy a Stefanos Tsitsipas y esperar que Daniil Medvedev le gane a Alexander Zverev.
Clarín/Deportes