El suizo Roger Federer, tercera raqueta del mundo y segundo cabeza de serie, derrotó este viernes a Rafael Nadal en Wimbledon y firmó su billete para la final, donde luchará por el título ante el vigente campeón, el serbio Novak Djokovic, vencedor de la otra semifinal ante el español Roberto Bautista Agut.
Federer necesitó tres horas y mucha sangre fría para imponerse al español, tercer cabeza de serie, por 7-6 (3), 1-6, 6-3 y 6-4 en la pista central del All England Club londinense. Este era el 40º enfrentamiento entre Nadal y Federer, y la primera vez que el suizo derrotaba al español en una semifinal de Grand Slam.
El pasado mes, Nadal había vencido a Federer en las semifinales de Roland Garros, donde el mallorquín terminó conquistando después su duodécimo título en la tierra batida de París. «No puedo estar muy orgulloso ni muy satisfecho hoy», afirmó tras el partido Nadal, lamentando que jugó «suficientemente bien como para ganar» pero no lo logró. «En líneas generales, creo que él ha estado un poquito por encima de mí».
«No he sido capaz de llevar el partido por la zona donde me convenía», explicó. «No he conseguido ponerle (a Federer) ese estrés continuado cuando él sacaba y eso le dió a él tranquilidad», analizó el español.
El público del All England Club londinense esperaba un enfrentamiento que recordase a la épica final de 2008, repleta de drama y golpes magistrales, en la que el español acabó imponiéndose en casi cinco horas de un enfrentamiento considerado por muchos como el mejor de la historia del tenis.
La batalla se anunciaba dura: el primer set fue largo y muy disputado, Nadal salvó un punto de rotura y empujó al tie-break, aunque después lo perdió. En el segundo, el español tomó el control, con golpes profundos y liftados que empujaron al suizo a cometer errores.
Pero en la tercera manga, Federer hizo alarde de su despiadado saque y su destreza en la volea, haciendo también mucho daño al español con un revés paralelo imparable y una potente derecha cruzada. Ante un Nadal cada vez más impotente, el suizo empezó a ganar sus puntos con muchas más facilidad, hasta apuntarse la victoria.
El suizo, que a sus 37 años se convierte así en el tercer finalista de Grand Slam de mayor edad, buscará contra el serbio Djokovic, número uno del mundo, su noveno título de Wimbledon.
Djokovic, por su parte, derrotó no sin dificultades a Bautista Agut, firmando su billete para su sexta final de Wimbledon. Visiblemente incómodo con el juego del español, el serbio necesitó dos horas y 48 minutos para imponerse por 6-2, 4-6, 6-3 y 6-2.
El cuatro veces campeón de Wimbledon, comenzó controlando el partido, marcando el ritmo frente a un Bautista que fallaba al intentar buscar la línea de fondo. Pero en la segunda manga pareció muy desestabilizado por el golpe plano y duro del español, que mostró gran concentración y resistía la presión pese a jugar por primera vez una semifinal de Grand Slam.
«He tenido que ir a buscar fuerzas muy lejos para ganar, Roberto jugaba su primera semifinal, pero no se vio perturbado por la pista, por el acontecimiento», reaccionó después Djokovic. «En el segundo set, él empezó a asentarse en el partido y a colocar sus saques. Los cinco primeros juegos del tercer set fueron ajustados y eso podría haber hecho girar el partido tanto de un lado como del otro», dijo aliviado el serbio, que pese a todo se declaró contento de sus resultados hasta ahora en un «torneo de ensueño».
Serena Williams tiene hoy una cita con la historia. A los 37 años irá por su octavo título de Wimbledon (22.876.979 dólares) y el 24° en un Grand Slam para agrandar su leyenda e igualar a la australiana Margaret Court como las máximas ganadoras de esa categoría de torneos. Una victoria la separa de la gloria y de alcanzar esa marca que se le escapó ya dos veces en el último año. Una victoria y Simona Halep, una rival durísima que está obsesionada con coronarse por primera vez en el All England.
La estadounidense y la rumana chocarán en la final en un duelo de ex número 1 que no tiene una clara favorita.
Williams, 11ª preclasificada, sigue recuperando el terreno que cedió cuando dejó las canchas para ser mamá tras ganar en Australia 2017 estando embarazada. Desde que regresó llegó a dos finales de Grand Slam: Wimbledon y Flushing Meadows el año pasado. Perdió las dos.
Gran dominadora del circuito en la mayor parte de los últimos 15 años, el record le permitiría ponerle un broche de oro a una carrera que igualmente parece lejos de terminar. Aunque ella aseguró: “Lo importante no es si son 23, 24 o 25 Grand Slams. Lo más grande es salir a la cancha y dar lo mejor. No importa lo que haga de ahora en más; siempre tendré una gran carrera”. Y aprovechó para llenar de elogios a su rival.
“Hay tantas cosas impresionantes en ella. Su tenacidad. Su habilidad para mejorar cada vez, para seguir mejorando… No se la puede subestimar”, comentó.
Halep, séptima favorita, quiere sumar su segundo Grand Slam después del que consiguió en Roland Garros 2018. Y a diferencia de Williams no escondió las ganas que tiene de levantar el trofeo más importante.
“Estoy desesperada por ganar Wimbledon”, confesó quien para lograr su objetivo deberá luchar contra el poderío de su adversaria y contra las estadísticas.
Es que de los diez partidos previos que disputaron, Williams se llevó nueve. ¿Habrá golpe de Halep o podrá Williams cimentar su leyenda en Wimbledon, donde ganó por primera vez en 2002 y por última hace tres años?