
Después de Facundo Campazzo, el único argentino en la NBA, y a la espera de lo que suceda con Leandro Bolmaro, elegido en el draft pero todavía en España, el basquetbol argentino tendrá un segundo representante en la mejor liga del mundo: Gabriel Deck.
Tortuga Deck, jugador de Real Madrid y subcampeón del Mundial de China 2019 con la Selección argentina, viajará hoy a Estados Unidos para firmar con Oklahoma City en las próximas horas.
Deck abonará la cláusula de rescisión que le permitirá desligarse del club español: 2 millones de dólares que deberá poner de su bolsillo, mucho menos que los cerca de 6 millones que tuvo que desembolsar Campazzo para irse a Denver.
Transitaba el último año de contrato en Real Madrid, donde cobraba uno de los salarios más bajos, aunque el club tenía la opción de renovarle por dos temporadas más al finalizar el vínculo.
Deck y su representante tuvieron claro que el futuro cercano le avizoraba una chance en la NBA, lo que se desprendió de la decisión que había tomado el año pasado cuando Real Madrid le ofreció una renovación con una mejora salarial que implicaba también un aumento en el valor de la cláusula: el basquetbolista la rechazó.
Ayer Deck fue parte del triunfo de Real Madrid sobre Fenerbahce (93 a 67) por la Euroliga, partido que le aseguró un boleto a su (ex) equipo en los playoffs y fue, como venía siendo una costumbre de un tiempo a hoy, una gran figura: anotó 19 puntos (5-7 en dobles y 3-7 en triples) con cuatro asistencias, dos rebotes y un robo.
La noticia sorprendió por lo inminente de su arribo al basquetbol norteamericano ya que Deck viajará a Oklahoma City para sellar un acuerdo por tres temporadas, pero el ambiente del basquetbol olfateaba una posibilidad concreta de que sucediera más temprano que tarde.
Es que a los 26 años el alero o ala pivot de 1,98 metros está en un momento de maduración justa y en sólo tres temporadas, sin un paso previo por otro club europeo (llegó a Real Madrid directamente desde San Lorenzo, donde jugó tras salir de Quimsa en la Liga Nacional), se hizo un nombre en el mejor equipo del mundo fuera de la NBA.
Sin ir más lejos llegó a Real Madrid con sólo 23 años y fue titular de inmediato. Desde entonces mostró un franco crecimiento en cada temporada. En la Liga ACB pasó de promediar 4,2 puntos en su primer año a su mejor cifra de 10 por partido en el actual curso, número que acompaña con cuatro rebotes, 1,5 asistencias y 0,6 robos.
En la Euroliga también brilla con un ritmo anotador de 8,8 puntos por encuentro, 3,7 rebotes, 1,2 asistencias y 0,7 recuperos en 24 minutos de promedio.
Progresó en casi todas las áreas elevando su porcentaje de aciertos en libres y animándose a ampliar su rango de tiro, doblando la cantidad de intentos de tres puntos desde su temporada inicial a la presente.
Y tiene el gen argentino de la defensa: intensidad, sacrificio y, sobre todo, una total carencia de temores.
Sergio Hernández no titubeó para mandarlo a defender a uno de los mejores jugadores del mundo como Kevin Durant en un amistoso con el seleccionado. Pablo Laso, su entrenador de Real Madrid, le encomendó la tarea de marcar a otro crack con pasado de NBA como Nikola Mirotic en un clásico contra Barcelona (y Deck fue figura).
Compañeros y técnicos lo definen como un “inconsciente”. Afirman que al salir a la cancha se despoja completamente de los contextos, lo que lo libera y le permite rendir a tope, sea en un partido de pretemporada o en una final del mundo (frente a España, en el Mundial y pese a la derrota, fue el goleador argentino con 24 tantos).
Es el pibe al que nada menos que una leyenda como Kobe Bryant anheló para que su llegada a la NBA fuera en Los Angeles Lakers. El que limpiaba micros y trabajaba en campos de alfalfa. El que seguirá eligiendo, antes que cualquier otra cosa, una comida en Colonia Dora con la familia. El es Gabriel Deck, el nuevo argentino que jugará en la NBA.
Mauricio Codocea/Clarín