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Estudiantes goleó a Barracas. Ganaron Argentinos y Talleres

Luciano Lollo convirtío el cuarto gol Pincha.

Con un gol mejor que el otro, Estudiantes venció 5-2 a Barracas Central y quedó a 6 puntos del líder River. Sí, el Pincha, que acumula 15 partidos sin derrotas, con 11 victorias y 4 empates, se anima a soñar.

La tarde había arrancado mal para el local por el tempranero gol de Brian Calderara tras un grosero error de Leonardo Godoy. Pero se recuperó Estudiantes, donde Domínguez optó por desarmar la línea de 5 defensores y agregar un volante extra para disponer de un 4-3-2-1. Se plantó con dos enganches el local, con Benjamín Rollheiser del centro a la derecha y con José Sosa por la izquierda. Fue un acierto porque ambos participaron en el empate parcial.

El gol de Rollheiser merece un párrafo aparte y la viralización en redes sociales. Sosa lo buscó con un pase “a lo Verón” y el ex River se puso de espalda al arco y dibujó una pirueta en el aire para clavarla al ángulo de Villar. El golazo desató a Estudiantes, que pasó por arriba a Barracas.

Jorge Rodríguez la condujo durabte varios metros y la clavó en el ángulo izquierdo del arquero con un remate furioso. Un rato después, el que la colgó arriba fue José Sosa, con un remate potente.

En el segundo tiempo, Lollo y Carrillo marcaron de cabeza para los locales, mientras que Mater, por el mismo recurso, descontó para la visita.

Ganó, gustó y goleó Estudiantes.

Y se ilusiona con pelear.

ARGENTINOS GANÓ EL CLÁSICO

Los clásicos son clásicos siempre y no importa la regularidad con la que se juegan. Y si se ganan en la última jugada, convierten un partido espantoso en épico. Lo único que recordará el hincha de Argentinos del partido que le ganó a Platense en La Paternal será el gol de Leonardo Heredia en tiempo adicional de un encuentro muy especial para el capitán Miguel Torrén, quien jugó atravesado por el duelo tras el asesinato de su hermano –el cuarto en circunstancias violentasy se mostró entero.

El Bicho logró ganar el clásico que volvió a jugar desde el último ascenso del Calamar y que desde entonces le era esquivo. No se había quedado con los tres puntos y ahora se dio. Lo sufrió, porque después de un primer tiempo para el olvido había convertido al arquero de Platense en figura: Macagno evitó tres veces el gol.

Aunque matizado con algunas situaciones, el encuentro resultó friccionado y se jugó con la cautela de quien prefiere no perder. Si el Bicho

se caracteriza por su juego, esta vez no lo sacó a relucir. Las ocasiones frente al arco fueron, en líneas generales, producto de las individualidades más que de la acción colectiva.

Uno de los más desequilibrantes en el equipo de Martín Palermo fue Ronaldo Martínez, que cobró en la primera y segunda parte. La primera pudo ser penal cuando lo bajó Santiago Montiel en el área, pero el árbitro Nicolás Ramírez no lo consideró. La otra en la segunda etapa, cuando Kevin MacAllister lo dejó tendido y solamente vio la amarilla. La última que tuvo en sus pies le pegó con la tibia y malogró un contraataque que había encontrado mal parado por única vez a su rival.

Fue algo así como una maldición.

En la siguiente jugada, Argentinos encontró el hueco y, principalmente, doblegar a Macagno. Fue una jugada sucia. Franco Moyano cabeceó hacia adelante, Sasha Marcich erró su intento de despeje y Alan Rodríguez no pudo controlara. Ahí apareció quien terminó siendo la figura: Heredia se quedó con la pelota y no dejó pensar a nadie con sacó un latigazo salvador.

Si el partido se había calentado en los últimos cinco minutos, eso fue un hervidero. En lugar de festejar, Montiel se fue expulsado y Gabriel Milito lo reprendió a la vista de todos. Pero La Paternal fue una fiesta.

TALLERES GANÓ EN VICTORIA Y ES EL ESCOLTA DE RIVER

Talleres logró reponerse del golpe emocional que significa celebrar un gol que le borraron de un plumazo y solo porque Gandolfi tiene recambio en el banco logró imponerse con justicia por 3-1 sobre Tigre para ser escolta, a 4 puntos de River.

La justicia en el fútbol moderno la implementan los jugadores. Porque el golazo de Franco tras el gran pase de taco de Ramón Sosa que el VAR anuló por un offside milimétrico tras un pelotazo desde atrás de la mitad de la cancha lo redimió el primero de los dos tantos de Nahuel Bustos, para instalar el 2-1, tras una gran habilitación -también de taco- de Valoyes.

Talleres va al frente y es voraz. Su DT junta jugadores de ataque y propone vértigo. Cuando se combinan, son letales. A los 17 abrieron el marcador: Valoyes mandó el centro y Santos definió por el centro del área para el 1-0. Así, práctico: tic-tac y adentro.

Un descuido en el fondo del equipo cordobés le permitió a Tigre conseguir el empate antes del descanso. Luciatti pescó en el área un rebote tras un centro desde la izquierda y puso el 1-1. Había hecho mérito el local, sobre todo por la conducción de Colidio, el único claro en el ataque que otra vez sufrió con Retegui apagado.

Talleres recién logró desnivelar sobre el final con los goles de Bustos y cuando cambió su tridente de ataque: Bustos, Pizzini y Depietri reemplazaron a Garro, Sosa y Santos. Valoyes dio la asistencia perfecta para que Bustos desnivelara y sobre el final, el ingresado definió por encima de Marinelli.

Informes de Clarín/Deportes

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