
El ajedrez es pasión en India. No solamente por su origen histórico sino porque su escuela de aprendizaje produce cada más jóvenes talentosos sobre el tablero. Viswanathan Anand, el ex campeón mundial destronado por el noruego Magnus Carlsen, es casi un Dios más en esa tierra milenaria. Palabra santa. Y hoy esa nación de 1.400 millones de habitantes tiene otro hijo pródigo: Dommaraju Gukesh, el prodigio que a los 17 años se aseguró ser el retador del chino Ding Liren por el título mundial.
El Torneo de Candidatos tiene un aura mítica en la historia del ajedrez. Con mayor o menor suerte en los duelos por el título, de esa competencia salieron David Bronstein, Vasily Smislov, Mikhail Tal, Tigran Petrosian, Boris Spassky, Bobby Fischer, Anatoli Karpov, Viktor Korchnoi, Garry Kasparov, Anand, Carlsen, Fabiano Caruana e Ian Nepomniachtchi.
Ahora Gukesh se convirtió en el ganador más joven de la historia del Candidatos, con 17 años, 10 meses y 22 días. Quebró por mucho la marca de Kasparov, quien lo logró con 20 años, 11 meses y 27 días.
Es una hazaña inédita para un jugador que desde pequeño no se cansa de quebrar registros de precocidad. A los 12 años, 7 meses y 17 días se convirtió en el segundo gran maestro más joven de la historia, detrás del ruso Sergey Karjakin. En 2021, el estadounidense Abhimanyu Mishra lo dejó tercero en esa lista al ganar el máximo título con 12 años, 4 meses y 25 días.
El indio no se quedó en ser gran maestro: fue el tercer ajedrecista más joven en llegar a los 2.700 puntos de ELO, lugar reservado solo para la elite del ranking mundial, y luego el más joven en pasar los 2.750. Con su triunfo en el Candidatos subió 10 puestos en el ranking en vivo para ubicarse en el sexto lugar con 2.763.
Lo hecho por Gukesh en Toronto es monstruoso: ganó el Candidatos con 9 puntos en 14 ruedas, con 5 victorias, 8 tablas y una derrota.
“Esa partida perdida me dio mucha motivación. Yo sabía que estaba en mi pico y entonces supe que podía ser mi momento”, sorprendió al marcar el punto de inflexión.
Llegó a la última ronda media unidad adelante de los estadounidenses Caruana (número dos del mundo) e Hikaru Nakamura (tercero) y del ruso Nepomniachtchi (cuarto). Tuvo nervios de acero para entablar con negras ante Nakamura y esperó el final del duelo entre los otros dos. Ya entrada la noche del domingo, Caruana no encontró la combinación ideal para rematar un final ante Nepo y la igualdad coronó a Gukesh.
“Mi actitud y mi espíritu durante todo el torneo han sido las claves de mi triunfo. He jugado muy duro casi todas las partidas y he logrado mantener esa actitud y esa ambición de principio a fin”, explicó quien practica yoga, medita, juega al tenis y no se recluye en su habitación en los torneos sino que prefiere pasear.
Gukesh se encariñó con las piezas al ver a Rajnikanth y Padma, papá otorrinolaringólogo y mamá microbióloga, jugar partidas por placer en su hogar de Chennai. Su primo hermano Dinesh fue quien le enseñó las reglas y a mover las piezas. Pero aprendió a jugar “en serio” cuando a los 6 años y medio fue a un campamento de verano de su escuela, un maestro lo vio en acción y pasó de entrenador en entrenador hasta llegar a Vishnu Prasanna.
A los 11 años, 9 meses y 11 días, se convirtió en maestro internacional. Y fue campeón mundial Sub 12 en Santiago de Compostela, España, con 10 puntos en 11 rondas. Una aplanadora en estado puro.
Hubo una decisión clave a la hora de formar al joven Gukesh: nada de aprender con computadoras súper veloces hasta llegar a los 2.500 puntos de ELO. “Nuestro objetivo era ser muy precisos con los cálculos y desarrollar la intuición y la capacidad de evaluación. Cuando jugás, tenés dudas. Pero si siempre comprobás con una computadora, te da una definición clara. Para alejar esa mentalidad confusa adoptamos ese método. Era un experimento. No sabíamos cómo iba a funcionar”, se justificó Prasanna en declaraciones a “The Indian Express”.
“Es un enfoque muy saludable. La clave es que él no utilizó módulos, pero se benefició a través de su entrenador. Así es como debe ser. Un jugador debe centrarse en sus habilidades de juego y el entrenador puede darle la mejor información”, valoró Anand.
Por más talento, calidad, rapidez mental, intuición y capacidad de cálculo que tenga un precoz genio del ajedrez, hay una cualidad que debe resaltar a la hora de saberse un elegido: el temperamento.
“De todos los chicos con los que trabajé, nadie ha mostrado tanto su obsesión por el juego y por ser el número 1. Tenía un alto nivel de deseo. No pensaba en otra cosa”, ratificó su entrenador, quien lo ayuda desde los 11 años.
¿Qué tipo de ajedrecista es el flamante retador mundial? Que lo explique el mismísimo Anand, como le dijo a Leontxo García en el diario El País: “Mi primera impresión fue que era un jugador agresivo, amante de las batallas tácticas. Pero lo que hace es presionar a su rival y si para ello requiere del juego táctico, recurre a ello. Su éxito en Toronto es sorprendente. Yo no lo descartaba, porque le veía un gran potencial, pero tampoco lo esperaba tan pronto. Está más maduro y fuerte de lo que pensaba”.
El entrenador Prasanna confesó que Gukesh habló siempre de llegar a ser campeón del mundo y número 1. Pues bien, a fines de año se le presentará la chance ya con 18, porque los cumplirá el 29 de mayo. En India ya se frotan las manos para ser la sede del duelo.
Enfrente estará Liren, quien aprovechó la renuncia de Carlsen al título mundial y derrotó a Nepo en el match de abril de 2023 en Kazajistán. Es una incógnita, porque ha jugado muy poco (y mal) desde que es campeón mundial. Se habla mucho de que tiene problemas para dormir. Gukesh irá por su cetro con una nación milenaria detrás.
Una especie de semidiós que buscará lo que quiso desde niño. Y no piensa parar hasta lograrlo.
Hernán Sartori/Clarín-Deportes