
La pandemia de coronavirus alteró las estrictas rutinas de los atletas y los obligó, en muchos casos, a ingeniárselas para continuar ejercitando en los tiempos de cuarentena. Daniel Juárez, ciclista que corre para el equipo Agrupación Virgen de Fátima, pasó los primeros dos meses del aislamiento social obligatorio entrenándose físico en su casa sanjuanina, pero extrañaba mucho la bicicleta. Hasta que se le prendió la lamparita y encontró una solución creativa para poder volver a pedalear al aire libre: comenzó a trabajar como repartidor de una conocida empresa de delivery.
“Yo vivo en San Juan desde hace años porque represento a un equipo de esta provincia. Cuando estábamos por cerrar la temporada de ruta arrancó la cuarentena. Pasó un tiempo con esas medidas de aislamiento y no podíamos hacer más que rutinas de gimnasia en casa. Entonces se me ocurrió que tal vez la única manera de poder mantenerme activo físicamente era a través de ‘Pedidos Ya’ porque vi que los repartidores se estaban manejando en bicicleta con la mochila en la espalda”, cuenta Juárez, campeón argentino de ruta en 2015, en la charla con Clarín.
El principal objetivo de su nuevo trabajo fue, como él mismo dijo, poder dejar la bicicleta fija y volver a entrenarse al aire libre. Pero además le sirve para mantener la cabeza ocupada y desconectarse de las preocupaciones diarias, sobre todo en un momento complicado por el Covid-19.
Y poder ganar algunos pesos extra para complementar sus ingresos no le viene nada mal. “Yo estoy contratado por la Asociación Civil Virgen de Fátima que nos sigue apoyando en esta cuarentena. Mis compañeros de equipo y yo le estamos agradecidos. Pero los gastos diarios suben cada vez más, todos lo saben. Cada vez se está haciendo más difícil. Encima, cuando uno está encerrado en su casa parece que consume más; entonces hay que tratar de amortizar esa parte. Y todo ayuda”, cuenta el chaqueño.
-¿Tantos años de experiencia en el ciclismo te dan una ventaja en el trabajo o no tiene que ver?
-Es una ventaja porque estoy acostumbrado a estar arriba de la bicicleta. Además el radio de los pedidos no es de más de tres kilómetros. Lo disfruto mucho y hasta me divierte.
A fines de enero y principios de febrero, por ejemplo, disputó la Vuelta a San Juan, la prueba argentina más importante, en la que en la etapa más larga cubrió 189 kilómetros y en la más corta, la contrarreloj, apenas superó los 15. Por eso las distancias que cubre son casi un chiste para él. -San Juan respira ciclismo.
–¿Te tocó llevarle un pedido a alguien que te haya reconocido?
-Sí, algunos me reconocieron. Y fue divertido. Recuerdo el primer día cuando un bicicletero amigo me dijo que me vio arriba de la bicicleta.
-¿Y qué te dijeron tus conocidos, tus compañeros y los responsables del equipo cuando les contaste que empezarías a trabajar de repartidor?
-A algunos les había comentado la idea y me dijeron: “Estás un poco loco”. Mis compañeros al principio no me creían. Con el equipo no tuve ningún problema; fue una decisión personal y me lo reconocieron. Y no soy el único. En San Juan no, pero sé que en otros lugares del país hay ciclistas de ruta o chicos que hacen mountain bike que vieron en esta posibilidad una salida laboral.
Una semana después de que Juárez arrancara como repartidor, en San Juan se flexibilizó la cuarentena y desde el 25 de mayo los ciclistas están autorizados a entrenarse como siempre. Pero él no “colgó la mochila”. Antes repartía los pedidos de 14 a 18; ahora lo hace de 19 a 23 y así, más temprano, puede salir a entrenar con una mayor intensidad.
“Sigo trabajando porque lo disfruto. Es una experiencia nueva, en la que se aprende todos los días. Estoy contento de poder pedalear y generar algún ingreso extra para los gastos diarios. También me despeja la cabeza. No sé hasta cuando voy a seguir, no me puse una fecha exacta. Creo que lo voy a hacer hasta que tengamos bien claro cuál va a ser el calendario del ciclismo para el resto del año porque todo esto está tan incierto que no sabemos cuándo vamos a volver a la ‘normalidad’”, reflexiona Juárez, el campeón argentino que encontró una creativa solución para volver a pedalear al aire libre en plena cuarentena.
Clarín/Deportes