
El cielo gris no se mueve arriba de la ciudad de San Pablo. Y el clima fresco, unos 8 grados de mínima y 12 de máxima, condimentados con una persistente llovizna no colaboran con el ánimo maltratado de la Selección que quería evitar venir a esta sede. Porque eso hubiera significado estar ahora en la siempre cálida Río de Janeiro preparándose para la gran final, que mañana tendrá al local Brasil y al Perú de Ricardo Gareca como protagonistas. Pero aquí está la Argentina de Lionel Scaloni a la espera de afrontar el partido que a nadie le gusta jugar: el del tercer puesto.
El histórico estadio Pacaembú fue el escenario del último ensayo del conjunto nacional en esta Copa América. Lionel Messi y compañía se movieron entre algunas sonrisas que horas atrás no estaban. Los jugadores quieren terminar lo mejor posible su papel en esta competencia. Hablaron en la intimidad de afrontar el cruce de hoy a las 16 en el Arena Corinthians con la misma seriedad y compromiso que los anteriores. El técnico argentino también quiere un triunfo para sellar la buena imagen con la que terminó un torneo que empezó con el pie izquierdo y también para seguir afianzando un equipo que busca forjar su identidad.
“No haremos más que los cambios obligados porque estamos bien y queremos terminar arriba. No es lo mismo tercero que cuarto, aunque hubiéramos querido jugar el partido del domingo”, explicó Scaloni.
Que Chile sea el rival le da un valor agregado, claro. Lejos estará de ser una revancha por las últimas dos finales perdidas por penales ante el combinado transandino, pero una victoria dejaría un sabor más dulzón en el paladar albiceleste.
Y lo estrictamente deportivo no es la única razón por la cual la Argentina buscará festejar y subirse al podio de la Copa. Hay algo más en juego que el honor o un final digno: un millón de dólares están sobre el paño de este cruce que para la gran mayoría poco atractivo genera.
Ese será el premio económico por terminar en tercer lugar que otorga la Conmebol. Una cifra que a la AFA no le vendría para nada mal. Hasta ahora, en lo que va de esta Copa, a las arcas de la Argentina entraron siete millones de la moneda norteamericana: 4 millones por participar (lo mismo para las demás selecciones, excepto las invitadas Qatar y Japón que se repartieron 2,5 millones entre ambos) 2 por clasificar a cuartos y 1 por pasar a semifinal.
Si hoy le gana a Chile, la Selección habrá recaudado en total 8 millones de dólares. De ahí, una parte se reparte como premio para el plantel y el resto queda para la AFA. El del tercer puesto, ese partido en el que nadie quiere estar, es el juego del honor y del millón.
Nahuel Lanzillotta/Clarín