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Convincente debut de Colapinto en la F1. Leclerc y el delirio tifosi

Convincente debut de Colapinto en la F1. Leclerc y el delirio tifosi

Franco Colapinto se subió al Williams con el número 43 pintado en la trompa, corrió su primer Gran Premio de Fórmula 1 y sorprendió al mundo con una sólida actuación en el mítico circuito de Monza con el impresionante 12° puesto que consiguió en su debut absoluto en la categoría reina. Si sintió nervios, ansiedad o presión, no se notó. Se lo vio siempre tranquilo, muy concentrado y sobre todo disfrutando muchísimo de una jornada inolvidable, que dejó contenta a la escudería británica e ilusionó de cara a lo que se viene. Y aunque después de cruzar la meta se permitió celebrar, también mantuvo los pies en la tierra y recalcó que esta enorme carrera fue solo el primer paso y que en lo que queda de la temporada los desafíos serán mucho más grandes.

Colapinto se movió como pez en el agua en el emblemático trazado italiano, que lució tribunas dominadas por el rojo de Ferrari y las banderas locales, pero con muchas “manchas” celestes y blancas.

Durante el tradicional desfile por la pista previo a la carrera, el pilarense se saludó con el británico Lando Norris como viejos conocidos y estuvo charlando muy distendido durante un rato con Charles Leclerc, quien terminó subiendo a lo más alto del podio, y con su compañero Alex Albon.

Franco contó luego que el monegasco y el tailandés estaban desconcertados con el aliento de los fanáticos argentinos, que se hacían sentir en un mar de tifosi, eufóricos por el regreso de un piloto nacional a la categoría más importante después de 23 años. La “Francomanía”, como la bautizó Williams.

Minutos antes de la largada, se lo vio conversando un largo rato con Gaetan Jego, el ingeniero de Williams que diseña su plan de carrera, para ultimar detalles. Concentrado, pero sonriendo y muy calmado. Poco después se preparó para subirse al auto: casi como en un ritual metódico, se colocó los auriculares, el traje de competencia y el protector de la cabeza y el casco. Y por fin llegó el momento. El semáforo se puso verde y Colapinto aceleró por primera vez en un GP de Fórmula 1.

Algo más de una hora y 15 minutos más tarde recibía por radio las felicitaciones de James Vowles, el director de Williams.

“Franco, fue una primera carrera fantástica. Vamos a repetirlo el próximo fin de semana. Si tenés buen ritmo en la clasificación y lo mantenés así, vas a estar cerca y vas a poder pelear. Bien hecho. No puedo esperar para ver cómo construimos juntos ”, le dijo el británico.

Los elogios de Vowles fueron más que merecidos porque Colapinto tuvo un debut muy bueno, en el que le mostró al mundo su talento al volante pero también su capacidad mental para entender lo que el equipo quería de él y para no dejar que la situación y el contexto lo desbordaran.

En la pista, mantuvo un gran ritmo durante las 53 vueltas, no cometió errores, realizó un par de muy buenas maniobras y, con solo una parada en boxes, finalizó 12° tras largar 18°. Así, casi igualó el mejor resultado que el estadounidense Logan Sargeant -a quien reemplazóhabía conseguido en la temporada (11°, en Silverstone).

En una prueba que tuvo solo un abandono (Tsunoda), quedó por delante de colegas muy experimentados, como Daniel Ricciardo, Esteban Ocon, Pierre Gasly y Valtteri Bottas. Y se transformó en el piloto que más posiciones avanzó en su debut entre todos los que fueron promovidos por Williams desde la Fórmula 2 a la máxima categoría, mejorando las cinco (del 12° al 7°) de Nico Rosberg en 2006.

“Todavía estoy digiriendo todo, pero estoy feliz. Fue una muy buena carrera. Estoy contento con el ritmo, con la performance, con haber entendido un poco más el auto y podido controlar la degradación de las gomas, que es importante. Lo que más me costó fue lo físico. Una hora y media arriba del auto. Nunca había estado tanto tiempo con tanta fuerza G y ahora tengo mucho dolor en la espalda baja, en los hombros y no me puedo ni agachar”, resumió el argentino, que finalizó a solo 13s852 de Albon, la menor diferencia de este campeonato entre dos Williams.

LECLERC ARMÓ UNA FIESTA EN EL TEMPLO DE LA VELOCIDAD

Charles Leclerc arriesgó y ganó. El piloto monegasco le dio a Ferrari un triunfo muy celebrado en el Gran Premio de Italia, en el circuito de Monza, al decidir una sola parada -a diferencia del restopara el cambio de neumáticos. Por eso los tifosi de la Scuderia invadieron la pista para celebrar con banderas, camisetas y escudos de Ferrari por todos lados. Y a la hora de cantar el himno, fue estremecedor.

“Me equivoqué al pensar que el segundo triunfo en Monza, si es que alguna vez llegaba, no iba a ser igual de especial que el primero”, dijo Leclerc, quien había festejado en ese circuito hace cinco temporadas.

El australiano Oscar Piastri y el inglés Lando Norris completaron el podio para McLaren, por lo que la escudería británica quedó a apenas ocho puntos de Red Bull en el campeonato de constructores, ya que Max Verstappen padeció para terminar sexto y Sergio Pérez culminó noveno.

Ferrari, que no entraba en los pronósticos para la victoria, es una fiesta porque se ubica tercero a 39 puntos de Red Bull, gracias al cuarto lugar del español Carlos Sainz. Mercedes sigue cuarto, más lejos, tras el quinto lugar del inglés Lewis Hamilton y el séptimo de su compatriota George Russell.

Fue la séptima victoria en la Fórmula 1, la segunda de la temporada y la segunda en Monza para Leclerc.

Norris pagó cara su salida, en la que se vio sorprendido por una maniobra de adelantamiento de Piastri y quedó relegado al tercer puesto en la primera vuelta tras ser superado por Leclerc. Estas posiciones se mantuvieron hasta el primer ingreso a boxes para cambiar neumáticos, aprovechada por Norris para saltar al segundo puesto.

Los McLaren parecían encaminados al doblete hasta que pasado el Ecuador de la carrera sus autos comenzaron a tener problemas con las gomas, lo que les obligó a entrar una segunda vez a boxes.

Ferrari, con una estrategia a una sola parada, lo aprovechó y Leclerc tomó la cabeza de la carrera a poco más de 10 vueltas para el final y ya no abandonó esa posición pese a la presión de los McLaren.

“Las últimas vueltas fueron exactamente iguales que en 2019, observando las tribunas desde la pista, que es algo complicado pero increíble, Mónaco y Monza son las dos carreras que quiero ganar cada año. Y he logrado ganarlas. Así que es algo muy especial”, afirmó Leclerc.

“Me quito el sombrero ante Ferrari. No puedes enfadarte cuando Ferrari gana en Monza”, comentó con caballerosidad Zak Brown, el director ejecutivo de McLaren.

La lucha en la Fórmula 1 seguirá el 15 en el Gran Premio de Azerbaiyán, en el callejero de Bakú.

Clarín/Deportes

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