En la puerta del hotel Dan Carlton, donde se hospeda la selección de Colombia, el sol pega más fuerte que una piña de Mike Tyson. La temperatura supera los 40 grados de térmica y como las nubes de pronto se esfumaron, el calor noquea hasta a los barranquilleros que admiten que “ya no se soporta por estos días este clima”. Pero ahí, a unas cuatro cuadras del búnker argentino, un hombre desafía los límites de la ardentía disfrazado de pies a cabeza de guacamayo con los colores de la bandera colombiana. Si hasta guantes de lana tiene este fanático de nombre Domingo que espera como ningún otro el duelo que esta tarde desde las 17,30 hora de la Argentina jugará el equipo de Néstor Lorenzo contra el de Lionel Scaloni en el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez.
“Este partido es algo especial. Hay una rivalidad en estos últimos años entre Colombia y Argentina. Nosotros tenemos una espinita y hay que sacarla del corazón jugando en la cancha”, le asegura a Clarín mientras no deja de aletear. Y sentencia: “Sí, es una revancha y no hay que darle vueltas”.
Son muchos los que piensan igual que este pajarraco tricolor que no se pierde ningún partido de su selección. Sin embargo, otros le restan importancia y consideran que se trata solamente de un encuentro más, como cualquier otro. El debate está instalado en Barranquilla: ¿Es Argentina y Colombia un nuevo clásico sudamericano?
“No, para nada. Para Colombia es un partido más”, responde Reynaldo, un hombre de unos 60 años, envuelto en la bandera de su país. “No queda rencor para nada. Eso sí, el Dibu es muy provocador y algún día puede tener problemas”, agrega y remarca que estuvo presente en seis citas mundialistas. Él, como tantos otros, esperan ver a James Rodríguez, que será titular ante la Argentina, que nuevamente no tendrá a Lionel Messi (recuperándose de un severo esguince de tobillo sufrido justamente en la final ante Colombia).
Pedro, que tiene el mismo look que el mismísimo Pibe Valderrama, no está de acuerdo: “Argentina siempre tiene presente el 5 a 0, lo lleva a cuestas. Y acá la afición se levanta cuando recuerda eso. El de este martes puede ser una revancha de la última final”.
El propio Patrón Bermúdez es tajante al aire de ESPN Colombia sobre esta cuestión que divide a los futboleros de este país: “No hay que tener miedo en decirlo por su nombre, sí es una revancha este partido para Colombia”. Las opiniones van de un lado al otro. Y hay condimentos de sobra para quienes se ponen más del lado del pensamiento que sostiene que la pica entre ambos equipos fue creciendo mucho.
El partidazo de semifinal de la Copa América 2021, que se definió en la tanda de penales en la que nació la idolatría de los argentinos por Emiliano Martínez, fue sin dudas un punto de inflexión. El “Mirá que te como hermano”, del Dibu a Jerry Mina (hoy estará ausente por suspensión) quedó grabado a fuego en colombianos y argentinos. Las atajadas de Martínez y la clasificación albicleste dejaron a Colombia con la sangre en el ojo y sed de revancha.
Esa posibilidad de desquite le llegó en 2024 en una situación inmejorable: la final de la Copa América de Estados Unidos. De la mano de Néstor Lorenzo, la selección colombiana consiguió una regularidad muy importante, tanto que la convirtió en uno de los elencos más poderosos a nivel futbolístico de Sudamérica en la actualidad. Pero, de nuevo, la gloria fue para los de celeste y blanco con el gol de Lautaro Martínez en tiempo suplementario.
Otra vez, Colombia tragó veneno. El fútbol siempre da más oportunidades y ahora, los de Lorenzo, que vienen invictos en estas Eliminatorias, tienen la chance de bajar al líder. La mayoría en las calles de Barranquilla habla de revancha, pero el entrenador argentino al mando de Colombia le baja la espuma: “Cada partido es una historia distinta. Son circunstancias y momentos distintos. Lo tomamos como un nuevo desafío y como una oportunidad, no como una revancha”, sostuvo en conferencia de prensa.
También comparó aquel último cruce y el de esta tarde: “En la final se repartió el dominio y las situaciones. Nosotros habíamos llegado más agotados que ellos a ese partido. Para ganarle a un campeón hay que aprender, además, a manejar los tiempos de un partido, los detalles marcan la diferencia”.
El intenso calor, de la mano de una pegajosa humedad, jugarán su partido. Pero la temperatura subirá más dentro del campo cuando ruede la pelota en un cruce que sin dudas carga con un condimento extra picante en los últimos años.
Nahuel Lanzillotta/Clarín-Deportes