
La tranquilidad de La Baule, la comuna que eligió la Unión Argentina de Rugby para que Los Pumas sean locales durante el Mundial, es diametralmente opuesta a la caótica Marsella donde la Selección tuvo el traspié del debut ante Inglaterra.
El lugar ofrece una cualidad que tras la derrota es fundamental: el prácticamente nulo clima de Mundial que se respira en La Baule permite la abstracción adecuada para la preparación del segundo partido de la competencia, el viernes 22 ante Samoa, que anticipadamente adoptó características trascendentales.
El entrenador Michael Cheika desarchivó el partido ante La Rosa y tiene a Samoa como pensamiento recurrente. El próximo XV probablemente no será el mismo que el del debut. En las reuniones de conducción técnica analizan una rotación que se ajuste al modo en que encararán el próximo encuentro: deben tomar la iniciativa y salir a buscar.
En ese sentido, el puesto de apertura es fundamental para la propuesta de los equipos. Después de una derrota, los mejores son los que quedaron afuera. Más allá de esa sentencia injusta, habrá cambios.
La inclusión de Facundo Isa, que puede romper y cambiar el esquema rival, tal vez sea una de las posibilidades de cara a Samoa. La pareja de medios que conformaron Gonzalo Bertranou y Santiago Carreras tal vez sea otro de los sectores bajo la lupa.
Nicolás Sánchez es el único apertura legítimo, pero su condición de libre sin club le resta un poco a lo que puede ofrecer. Sus condiciones y experiencia son ineludibles, pero la falta de ritmo tal vez sea la causa de su ausencia. Tomás Cubelli y él conformaron la dupla en el amistoso ante España. Pero la referencia no es prudente: no se puede comparar a un rival como Los Leones en el contexto de un Mundial y mucho menos trazar paralelos con Samoa.
Si lo que falta es el aplomo de la experiencia, Juan Imhoff puede ser otro de los apuntados como posible cambio. El wing está participando de su tercer Mundial y está despojado de los nervios que puede padecer un principiante.
Los jugadores aprovecharon para desconectarse de distintas maneras. Quienes tienen su familia en el país o están en Francia a propósito del Mundial cortaron la convivencia entre jugadores para conectar con los afectos. Hubo mucha caminata por los poco más de siete kilómetros que tiene la rambla, paseos en bicicletas por la ciudad y libertad de acción.
El plantel compartió ayer un almuerzo y charlas, pero ya no se evoca el partido ante Inglaterra. Desde el desayuno entró en vigor una regla no escrita: la de las 24 horas, que promueven Cheika y el capitán Julián Montoya, que sostiene que lo que haya pasado, bueno o malo, pierde vigencia al cumplirse un día.
Además de ser entrenador, Cheika encabeza capacitaciones de manejo de grupos con herramientas de liderazgo para aplicar a partir del aprendizaje de las experiencias vividas. Esa noción circula para que los jugadores no tengan su pensamiento anclado a la derrota.
Si la cuestión emocional es un aspecto que ya no preocupa al staff de entrenadores, la cuestión física es el otro aspecto sensible. Después del partido ante Inglaterra no hubo mayores complicaciones. Juan Cruz Mallía, quien había salido con un golpe en la cabeza, terminó reingresando y su cuadro no reviste análisis. El resto, con los dolores propios pos partidos.
La excepción es Joel Sclavi, quien participó en 17 minutos del debut y es el único que no está pleno. El Toro deberá volver al trabajo paulatinamente para a estar en óptimas condiciones. A favor cuenta con la cantidad de días por delante hasta el segundo compromiso.
Los Pumas harán mañana un entrenamiento abierto al público y el jueves tendrán día de recuperación para retomar los trabajos el viernes. La próxima semana crecerá la intensidad con el miércoles 20 como punto máximo de exigencia y esa noche el cuerpo médico sacará las conclusiones pertinentes para que defina el equipo titular para el ahora determinante duelo ante Samoa.
Luciano Bottesi/Clarín-Deportes