¿Puede un 0-0 ser un partidazo? Boca y Defensa y Justicia pueden dar fe de que sí: puede verse un gran espectáculo aun sin goles. Solo eso le faltó a la noche de alto voltaje, en la que sobraron emociones. Los dirigidos por Hugo Ibarra celebraron su 74° estrella con fuegos de artificio y un estruendoso recibimiento, pero no pudieron prolongar el nivel de la Supercopa en Santiago del Estero y no perdieron porque Sergio Romero, quien volvió al arco, hizo su mejor actuación con el buzo azul y oro. El punto dejó a los de Varela en la cima de la tabla junto a San Lorenzo.
El cielo sobre la Bombonera se mostraba estrellado, pero hubo lluvia en La Boca. No cayó agua sino situaciones de gol sobre el arco de un Chiquito Romero que en el primer tiempo desactivó todas las que le tiraron. Uno a uno fueron golpeando los ataques de Defensa sobre el área local. Boca jugó a dejarlo venir a su rival para aprovechar los espacios, pero le resultó contraproducente porque le dio demasiada libertad para explotar su juego rápido y letal.
La visita apiló chances claras en el arco xeneize. Una más peligrosa que la otra. Y eso que la primera de la noche cálida y despejada había sido justamente a favor del dueño de casa con ese remate de Pol Fernández que tapó Ezequiel Unsain tras un pase cruzado de Sebastián Villa. Después de eso, el que se hizo un festín fue el elenco de Florencio Varela.
Gabriel Alanis tuvo un par de mano a mano. Nazareno Colombo pegó un cabezazo en el travesaño luego de un tiro de esquina y una salida en falso de Chiquito. David Barbona también se anotó entre quienes no pudieron doblegar al ex arquero de la Selección. Y Uvita Fernández probó tres veces con un remate más difícil que el otro, todos atajados por Romero. La espalda de Frank Fabra fue el sector elegido por Vaccari para direccionar los ataques. Por allí se dieron la mayoría de los avances de su equipo, que se topó con un enorme arquero.
Ibarra, que había puesto toda la carne al asador con el tridente que rindió ante Patronato más Oscar Romero, quien arrancaba por la izquierda pero se centraba como enlace, tuvo en el pibe Luca Langoni a su hombre más inquieto y desequilibrante. Tres cabezazos impactó uno de los más bajitos de la cancha (1,72), pero no tuvo puntería. Darío Benedetto, por su parte, la veía pasar. Hasta que casi clava un golazo por una volea de zurda con la que cazó un centro pasado de Langoni. El remate hizo temblar el travesaño.
Mucho se habla del Argentinos de Gabriel Milito, pero poco se destaca a este Defensa de Vaccari, que tiene las cosas claras con un juego asociado y vertical. Sin vueltas, busca las falencias ajenas y busca agredir en consecuencia. Ningún ataque de los de Varela es al azar: van por donde le duele al de enfrente. Pero el ritmo frenético es muy complicado de sostener durante los 90 minutos. Y si no se aprovecha el momento en el que la energía está a tope, después puede lamentarse.
Boca, con los cambios, lo emparejó. Las entradas de Miguel Merentiel y de Cristian Medina le dieron frescura. Oscar Romero la estrelló en el palo derecho de Unsain. Medina lo hizo estirarse al buen arquero de la visita. Boca dejó de ser dominado, pero no dejó de sufrir. Porque Defensa, más allá de perder vértigo, no resignó nunca su faceta ofensiva y volvió a tenerlo en la frente del ingresado Benítez. Y otra vez apareció el gigante Chiquito para cerrar el arco.
Nahuel Lanzillotta/Clarín-Deportes
GODOY CRUZ LE GANÓ A UN RACING QUE NO APARECIÓ POR MENDOZA
Al pie de la Cordillera, Racing quedó vacío, sin puntos ni fútbol. Y la derrota pega mucho más fuerte por la imagen que dejó en Mendoza. Fue un equipo inconexo, sin sociedades, impreciso en todas sus líneas, al que golpearon muy rápido, que terminó perdiendo por un inadmisible error de la barrera en el tiro libre que definió el partido y sólo acumuló atacantes sin sentido. La irregularidad marca este arranque celeste y blanco de la mano de Fernando Gago. La Academia es capaz de jugar un gran primer tiempo, como la semana pasada ante Lanús, o los peores minutos del ciclo del joven entrenador, tal como ocurrió ayer. Godoy Cruz ganó bien, luego de tres derrotas en cadena, y su técnico Diego Flores respira aliviado.
El mazazo que recibió a los 50 segundos y el campo de juego alteraron todos los planes de Gago. Primero, por encontrarse en desventaja tan temprano. Después, por un césped desparejo y con parches, no apto para la pulcra circulación que le gusta ejercer a Racing.
Bajo esta coyuntura, entonces, hubo que apostar a la pelota larga con campo abierto para Carbonero, el jugador más desequilibrante. Por su velocidad para aprovechar el espacio, claro. Sin embargo, el colombiano quedó casi siempre en posición adelantada, tres veces en el primer tiempo. Y cuando pudo romper la trampa del offside, resolvió mal.
Racing no logró armar un buen circuito de juego con Oroz y Jonathan Gómez a partir de la salida de Nardoni o Moreno. Hubo un mérito de Godoy Cruz en la vigilancia de los volantes con mucha presión. Y el beneficio, claro, de comenzar a ganar muy pronto, cuando triangularon Conechny, Arce y Roberto Fernández, llegó el centro atrás del uruguayo y el ex volante de San Lorenzo, que había iniciado la jugada, terminó rematando de zurda a un rincón.
La tarde no pintaba bien para Racing y para colmo se lesionó Sigali, reemplazado por Jonathan Galván.
Y lo que Carbonero no lograba transformar en gol casi lo consigue Salomón Rodríguez en una gran combinación con Fernández, siempre claro. Arias voló para evitar el segundo en el desenlace de la primera etapa.
El resultado no era inalcanzable para Racing, pero daba la sensación de que Gago tendría que meter mano en el equipo para acomodar las piezas. Un zurdazo de media distancia de Rojas encontró una gran respuesta del Ruso Rodríguez. Fue apenas un impulso. Falló Moreno, recuperó Hernán López y el volante lo tuvo que bajar frente al área. Salomón Rodríguez aprovechó un descuido de la barrera, que se abrió, y el remate del uruguayo sorprendió a Arias. Godoy Cruz aumentó la ventaja de pelota parada.
Recién entonces Gago hizo los cambios. Tarde, está claro. Ingresaron Hauche y Guerrero. Salieron Mura y Jonathan Gómez. Dos delanteros por un defensor y un volante. No obstante, la superpoblación de futbolistas de características ofensivas no funcionó. Con Moralez en lugar de Moreno, se partió el medio. Y Godoy Cruz, que reforzó la zona con Núñez, quedó a pedir del tercero. El palo le dijo “no” a Allende tras otra gran jugada de Fernández y Galván salvó en la línea ante Salomón Rodríguez.
Entonces apareció el VAR. Para anular un gol en posición adelantada, muy fina, de Galván, pero nada dijo Ariel Penel desde el predio de la AFA del planchazo de expulsión que mereció Julián Eseiza, quien le rasgó la media a Hauche.
El propio Galván casi marca el descuento con otro cabezazo, pero el Ruso estuvo firme bajo los tres palos. Y ganó Godoy Cruz en el atardecer mendocino. Racing se fue con bronca. Con el árbitro, pero mucho más deberá enojarse con su rendimiento, lejos de las pretensiones de un equipo que tiene la obligación de pelear en todos los frentes.
Daniel Avellaneda/Clarín-Deportes