MG Radio 24 Villa Pueyrredón
Taylor-Joy deslumbra en Gambito de reina, la miniserie de Netflix, sobre una campeona de ajedrez con una vida oscura. El público argentino tal vez la recuerde de películas como La bruja (2015) o Fragmentado (2016), pero lo que la mayoría ignora es que tal vez alguna vez se la cruzaron por la calle, porque Taylor-Joy creció en la Argentina y suele venir de visita.
“Mi papá es escocés-argentino. Nací en Miami, pero a las dos semanas ya estaba instalada acá (Buenos Aires). Mis primeros años de colegio y mis primeras amistades fueron locales, mi lengua materna fue el castellano. Todavía tengo familia acá y suelo venir siempre en Navidad”, le contaba a Clarín en una entrevista en 2016, cuando vino para la segunda edición de Comic Con Argentina.
Anya Taylor-Joy nació en Miami hace 24 años, pero vivió hasta los seis en la Argentina y después de que su familia se mudara a Londres siguieron volviendo dos veces por año a visitar a su familia paterna. Es la menor de seis hermanos. Su madre, que trabajó como fotógrafa y diseñadora de interiores, es de ascendencia inglesa y española. Su padre es un ex banquero.
La familia llegó aquí cuando Anya era bebé. Acá fue a la primaria en el colegio bilingüe Northlands School. Su crianza entre dos países, dos idiomas -cuando llegó a Londres sólo hablaba castellano- y dos culturas diferentes le resultó un poco traumática. “Nunca me pude integrar en ningún lado cuando era chica notaba que tenía algo diferente, pero no sabía qué podía ser”, contó a The Hollywood Reporter.
De chica quería ser bailarina, pero empezó a trabajar como modelo cuando la descubrieron paseando a su perro. Ya en la actuación, tras participaciones televisivas en series como Endeavour y Atlantis, el dúo GTA, compuesto por los Djs Julio Mejía y Matt Toth, la eligió para protagonizar el video de su canción Red Lips. Ahí se dio cuenta de que podía aprovechar su particular rostro para una película que buscaba protagonista: La bruja, de Robert Eggers.
Era Thomasin, la hija mayor de una familia de colonos en el siglo XVII en los Estados Unidos. Desde el bosque cercano a su precaria casa, una presencia maligna acechaba a la familia, y especialmente a ella, que se veía tan aterrorizada como atraída por esa situación. Tenía apenas 19 años. “Creo que para ser actriz sacrifiqué tener una adolescencia normal. Pero, en esencia, no me arrepiento: era el camino vital que estaba destinada a tener”, reflexionó en una entrevista con EFE.
La gran repercusión de La bruja le abrió las puertas de Hollywood. Fue convocada para Fragmentado, de M. Night Shyamalan, donde compartió el protagonismo con James McAvoy (repetiría el papel en Glass).
Otros trabajos destacados: El secreto de Marrowbone y Emma, sobre la novela de Jane Austen. También apareció en seis episodios de la serie Peaky Blinders. Pronto la veremos en Furiosa, precuela de Mad Max: Furia en el camino.
En los seis capítulos de Gambito de reina, ambientada en los años ‘50 y ‘60, es Beth Harmon, niña prodigio del ajedrez con una vida durísima. Beth pasa su infancia en un orfanato: ahí descubre el ajedrez, y se hace adicta a los tranquilizantes.
Clarín/Espectáculos
