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A.N.I.M.A.L: Íntimo Extremo con notables invitados de un amplio arco musical

La banda de heavy metal celebra sus 30 años de trayectoria.

Todo indica que llegó el momento de revalorizar las tres décadas de carrera de A.N.I.M.A.L, que en su flamante disco Íntimo extremo cuenta con la participación de un auténtico seleccionado de figuras que se declararon fans y participaron en reversiones de sus temas más conocidos.

Desde Lali Espósito a León Gieco, pasando por Andrés Calamaro, Abel Pintos, Ca7riel o Juanes. Desde Enrique Bunbury a Draco Rosa, pasando por Los Auténticos Decadentes o Chizzo Napoli. Desde Neo Pistea hasta Alejandro Lerner, pasando por Agarrate Catalina, Lula Bertoldi o los mexicanos Rubén Albarrán y Alex Lora. Un arco increíble.

La clave detrás de semejante convocatoria es Andrés Giménez, el carismático líder de la banda de hardcore que conquistó Latinoamérica en los años ‘90 y se convirtió en un clásico del rock.

“Treinta años de A.N.I.M.A.L es algo histórico e impensado a la vez. Hemos pasado por momentos difíciles y de gloria, separaciones y reuniones, pero el grupo siempre se mantuvo vivo en sus fans. Eso hizo que quisiéramos celebrar de una manera diferente este aniversario”, cuenta Giménez.

Y sigue: “Siempre tuve contacto con todos estos grandes músicos que ahora invité a grabar. Los veía en algún festival o les escribía aunque fuera para saludarlos. Y ahora, al final de la pandemia, los llamé uno por uno para contarles del proyecto y tuve la bendición de que todos me dijeran que sí”.

-Nadie se puede imaginar que tenés el número de Lali en tu agenda.

-Conocí a su madre, que es maquilladora, cuando estaba haciendo un video de De La Tierra. Me pidió un saludo para su hija Lali con el teléfono, porque le gustaba mucho A.N.I.M.A.L. ¡Al otro día me enteré de que era Lali Espósito, que nos iba a ver a Cemento con su hermana mayor! Desde ahí empezó una relación de amistad muy linda.

-¿Cómo se te ocurrió embarcarte en semejante proyecto?

-Estoy en una etapa de mi vida donde intento ser feliz, no solo en lo musical sino como filosofía de vida. La pandemia nos mostró a todos que la vida puede cambiar de un instante a otro, de blanco a negro. Todo empezó a nacer ahí, porque me di cuenta de que se venían los 30 años desde que habíamos hecho A.N.I.M.A.L. Tenía un montón de temas nuevos y pensé en grabarlos, pero salir con canciones nuevas no era lo mejor para festejar los 30 años tras dos años sin tocar.

-¿Cómo hiciste la lista de invitados?

-Empecé a reescuchar las canciones de A.N.I.M.A.L y pensé en hacer un disco de reversiones electrónicas. Me gustan Nine Inch Nails y Paul Oakenfold, así que me propuse jugar con eso sin miedo. Busqué como coequiper a Osko, de 202 y Santos Inocentes. Después le conté que me imaginaba invitados en cada canción y él pensó en gente del metal, pero le mencioné a Draco, Juanes, Lali, El Tri, Chizzo, León, Calamaro, Bunbury, Ca7riel y Neo. “¿Y cómo hacemos?”, me preguntó, porque cada uno está en compañías discográficas diferentes. “Sin las compañías”, contesté, y me puse a llamarlos uno por uno.

-Quizás fue fácil porque en la pandemia todos estaban en sus casas.

-¡Pero se hizo cuando ya estaban todos de gira! Con algunos grabamos juntos, y otros prefirieron grabar en su estudio y mandar su parte. La comunicación con los teléfonos fue mortal, porque nos hablábamos todo el tiempo por whatsapp y videollamadas. Lali, por ejemplo, estaba en España. Cuando me di cuenta, tenía el disco terminado con todos estos monstruos. Solo Mon Laferte no pudo porque estaba por dar a luz.

-¿Cuál es el tema que más se aleja de la versión original?

-Loco pro, el que hacen los Decadentes, es una genialidad porque suena como la música funk de series viejas como Las calles de San Francisco o Baretta. Pero todas las versiones tienen algo especial. Mi barrio, con Neo Pistea y Ca7riel, tiene mucho de la original pero está llevada a otra parte, a la generación de Public Enemy y House of Pain. La versión de Revolución con Lali es suprema. Escuchar a Calamaro o al Chizzo y Alex Lora es una genialidad. La voz de Draco en Esclavo de ilusión es una hermosura. ¡A Juanes le doblé la voz para que suene más como Ozzy! Y Combativo por Bunbury tiene todo el histrionismo de su voz. Cada canción tiene un aura hermoso de interpretación y de genialidad.

-El resultado es una celebración de la historia de A.N.I.M.A.L., ¿no?

-Sí. Ahora tengo muchas ganas de volver a tocar en vivo y salir de gira con este disco, porque no toco hace un año. Con este disco me di cuenta de lo que significa A.N.I.M.A.L., porque cada uno me explicaba por qué aceptaba, y me decía lo importante que era A.N.I.M.A.L. para ellos. ¡Juanes me contó que vio al grupo por primera vez en 1998 y nos admiraba! Le dije lo grande que era él y lo chiquitos que éramos nosotros en comparación, y me pidió que nunca se lo repitiera porque le daba mucha vergüenza. “Que vos no te des cuenta -dijo- es otra cosa”.

-No habías tomado dimensión.

-Exacto. Y cuando llamé a los Agarrate Catalina, varios integrantes me mandaron fotos suyas en algún show nuestro. ¡Esas cosas son mortales! Este disco puede gustar o no, pero va a perdurar en la historia. Cierra 30 años de carrera de una forma muy representativa, más allá de las idas, vueltas y separaciones de integrantes. Mucha gente va a redescubrir, valorar y saber entender qué fue y qué es A.N.I.M.A.L.

-A.N.I.M.A.L. siempre fue un grupo importante para un público específico y conocedor del rock. ¿Te parece que estos invitados le darán un mayor reconocimiento?

-Me empecé a dar cuenta a partir de este disco. ¡Yo colgaba el teléfono y me ponía a llorar! Si me preguntaban por qué lloraba, si habían aceptado, y yo explicaba que me emocionaba que gente tan grosa dijera que sí. Es imposible no emocionarse cuando pasa algo así. En la vida, todo sucede por algo. No creo en la casualidad ni en la fortuna, sino en la causalidad y en el laburo. Siempre fui una persona que si tenía una idea se metía a hacerla.

-¿Cómo definirías a A.N.I.M.A.L.?

-Más allá de ser mi vida, siempre fue una banda punta de lanza para abrir puertas. Siempre fuimos rompedores natos de esquemas. Nunca repetimos fórmulas. Fue la banda que hizo posible que después se abriese el cerebro al metal a nivel latinoamericano. Muchas veces fuimos criticados, pero no me molestaba porque es causa y efecto de ser punta de lanza, justamente.

Marcelo Fernández Bitar/Clarín-Espectáculos

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