
A punto de cumplirse diez meses de la clausura de los cines por la pandemia, ayer llegó una buena noticia para el sector: aprobaron el protocolo sanitario para la reapertura de las salas a nivel nacional.
Ahora sólo resta que el Poder Ejecutivo Nacional dicte el decreto para que una de las áreas más vapuleadas por la pandemia pueda retomar su actividad y empezar a recuperarse. Otra alternativa es que cada provincia y CABA pidan una excepción al decreto de prohibición vigente, como ya sucedió con los teatros.
Esa medida ya fue implementada por algunas provincias como Córdoba, Mendoza, Entre Ríos, Jujuy, Chubut y Santiago del Estero, donde algunos cines ya empezaron a funcionar con capacidad limitada.
“A partir de la convocatoria del Ministerio de Cultura de la Nación a través de la Secretaría de Desarrollo Cultural, las entidades, sindicatos y empresas representativas del Sector de Exhibición Cinematográfica proponen conjuntamente el siguiente Protocolo General, a fin de consignar las medidas de prevención necesarias para reanudar la actividad de las salas y complejos de salas de cine”.
Así arranca el documento de 28 páginas que elaboraron en conjunto las cámaras y sindicatos del sector junto con autoridades nacionales de salud, cultura y la Superintendencia de Riesgos del Ministerio de Trabajo.
Según indica el expediente, el desarrollo de la actividad será con aforo limitado. En principio, la asistencia no podrá superar el 50% de la capacidad de cada sala “o lo que determine cada Autoridad Jurisdiccional competente”.
Y agrega: “La posibilidad de incremento de este aforo dependerá de las condiciones epidemiológicas en las que se encuentre cada jurisdicción y conforme lo determine la Autoridad Sanitaria Nacional, Provincial y/o Municipal”. Se explica que el uso de barbijo será obligatorio, y que los espectadores podrán sacárselo sólo para ingerir alimentos o bebidas, para volver a colocárselo después. También aclara que las salas serán higienizadas y sanitizadas antes y después de cada función.
Un punto clave del protocolo es el concepto de “burbujas sociales de recreación”, que se enfoca en los espectadores que asistirán en grupo a un cine. Esos grupos “no podrán ser superiores a seis personas y estarán conformadas por butacas contiguas. La distancia entre butacas ocupadas deberá ser de 1,5 metros a 2 metros, como mínimo”. Y profundiza: “Esto puede realizarse con un esquema de ocupación donde por cada butaca ocupada o butacas ocupadas por la burbuja social deberán dejarse dos butacas fijas libres a los lados de cada burbuja. También deberán estar libres las butacas que se encuentren inmediatamente adelante e inmediatamente detrás de cada butaca ocupada”. El documento también establece que cada complejo o sala de cine está obligado a confeccionar un cronograma de funciones que “minimice la congestión de público asistente al ingreso y egreso, así como también que contemple lapsos suficientes para que el personal pueda llevar a cabo la adecuada limpieza y desinfección entre funciones”.
Y aconseja abrir durante diez minutos -entre función y función- las puertas de entrada y las salidas de emergencia para ventilar las salas. Y que en caso de no poder realizar una ventilación natural, “se deberán realizar renovaciones por medio de inyección y extracción de aire forzada y/o complementar renovaciones con recirculaciones de aire por medio de un sistema de filtrado”.
Clarín/Espectáculos